parte 43

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—Al menos el castillo todavía está intacto... eso es una buena señal quiero...— Ron se sacude el polvo mienrras todos van llegando y copian su gesto.

Vinieron en grupos de a tres por los pueblos de al rededor, necesitaban corroborar la zona, ya que todo lo que sus ojos vieron a medida que iban avanzando no fue para nada agradable.

Hermione aún tiene en su retina a los muggle y magos colgados de los árboles, cada vez se hacen más ocurrentes y no sólo por tierras mágicas sino que también por tierras muggle, eso es verdaderamente lo que más la desconcertó.

Ella quizo darles un entierro digno, pero Draco la hizo desistir de la idea primero por el poco tiempo que tenían a su favor, y segundo porque el sabe bien que son trampas que ponen los mortifagos para detectar quiénes hayan pasado por allí.

—"Tengo miedo mamá."— Hermione se para en seco a mitad del pasillo de la torre que le toca compartir con el rubio, lleva su mano a su corazón y jadea.

Draco la mira alzando sus cejas y entiende lo que le sucede al instante que ingresa en su mente, aprieta sus labios y la toma de la mano encaminandola con más rapidez a su sala.

—"Lo mataremos, nada te sucederá... te vamos a cuidar."— Afirma.

Scorpius ríe y ella frunce el ceño.

—"No temo de Voldemort, temo de mi."— Admite.

Hermione traga saliva de deja su cartera sobre el sillón al igual los abrigos de ambos.

—"No tienes porqué temer."— Pero frunce sus cejas al no entender lo que él se está refiriendo.

Se toma unos minutos para intentar entender aquella frase pero desiste de la idea...

—"¡¡No mamá, préstame atención a lo que estoy diciendo!!"— El pequeño suena frustrado.

—"No te entiendo."— Se recuesta unos instantes mirando la chimenea y entrando en calor.

Draco por su parte desajusta su corbata y corrobora las habitaciones y que la sala este segura, durante el último año por más que estuvieran en hogwarts y fuera el lugar más seguro en todo el mundo para los magos el rubio igualmente hacía sus propios recuerdos mágicos más aún conviviendo con la castaña.

—"Debo ser procreado dentro de los meses siguientes, sino sólo sere un espejismo a lo largo del tiempo."— Su voz suena decaída,

—"Yo... uhmm."— 'arraspea incómoda de tener aquella conversación qué será su hijo y que ni siquiera conoce.

—"No entiendo como no podes querer a papa, él todo lo que hizo lo hizo pensando en vos y en tu bien."— Suelta frustrado.

Hermione no es capaz de responder, una lagrima rueda por su mejilla sin que se dé cuenta, parpadea cuando siente el tacto de Draco limpiándosela.

—Tranquila, Hermione está todo bien.— Moja sus labios y lo mira, él besa su frente y le tiende la mano.

—Él...— Murmura mientras sigue al rubio.

—Lo sé... No te preocupes por eso.— Le vuelve a sonreír con dulzura.

—Yo no puedo... No puedo prometer...— Admite temblando.

Draco le regala una cálida sonrisa. —Ya lo oí.— Asegura mientras se adentran a su habitación.

—¿Y no dirás nada respecto a esto?— Lo mira completamente extrañada de su comportamiento.

—Debes de dormir un poco, tuvimos un largo viaje, Hermione, no te pongas a pensar en eso ahora... Necesitas descansar...— Pasa su mano por su frente y la mira con una sonrisa algo caída.

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