Obliviate

Parte 41

Los copos de nieve del techo no solo decoraban la hermosa mañana dentro del departamento sino que por fuera las gotas de lluvia y agua nieve caían y chocaban contra las ventanas despertando a todos los invitados. Hermione acaricio a su esponjoso gato mientras le regalaba una sonrisa de costado, corrió a la ducha asombrándose de que el rubio ya no estuviera a su lado. "—Como si nunca hubiera ocurrido.—" despeja su cabeza y vio el saco del traje del rubio colgando de la silla transparente de su escritorio.

Sonríe de costado y vuelve a mover su cabeza despejando sus ideas mientras cerraba la puerta de su toillet.

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Ginny, Luna y Neville ayudaban a Draco a preparar la mesa para el desayuno con todos los panquecitos y delicias que a Hermione le gustaban además de los clásicos navideños.

Ron baja con una sonrisa de oreja a oreja ansioso de ver un paquete de su madre para asegurarse de que estén todos bien.

—Muy buenos días, y feliz navidad.— Harry saluda a todos con una sonrisa y limpia sus anteojos.

—Bueno días, Hermione.— Goyle, Blaise y Grabbe toman asiento mientras que saludan a la castaña que acaba de ingresar al comedor saludando a todos.

Mira el techo y sonríe por los copos de nieve, muerde su labio inferior y toma asiento entre ginny y luna quienes la abrazan.

Todos se encuentran con radiantes sonrisas en sus rostros, dejando un poco la guerra a un lado, el lado oscuro puede tomarse unas leves vacaciones, ellos estarán cuando regresen, pero todos estos alumnos de hogwarts necesitaban un respiro, un poco de armonía.

No pasar escondidos o separados estas fiesta y sentir que podían llevar a sus mesas un poco de esperanza.

El desayuno transcurre entre chascarillos y muchas risas, hasta que Ron y Goyle son los primeros en levantarse y amotinarse contra el gran árbol, todos ríen por su infantil actitud y se les unen.

Ron los va repartiendo a medida que toma cada paquete, mientras que Goyle ayuda a pasárselos a cada nombrado.

Más de cuarenta minutos saludándose, alegrándose de que cada uno recibió muchísimos regalos, cosas pequeñas, grande, pero por sobre todas las cosas sumamente importantes para cada uno de ellos, las plumas de Hermione que Draco le obsequio, tienen hilos dorados y le recuerda esa marca que ambos comparten, la pulsera que el rubio mando a hacer con el nombre Scorpius tipo esclava bañada en oro es lo primero que ella abre y sus ojos se llenan de agua.

No se le acerca, ni lo abraza como hizo años anteriores, pero levanta su mirada y se encuentra con dos grandes ojos grises mirándola desde hace mucho tiempo.

Ella le hace un asentimiento con la cabeza y el levanta los gemelos que ella le obsequio regalandole una preciosa sonrisa de lado.

Luna y Ginny sonríen mientras bromean y abren su regalos mientras Ron y Neville se meten en sus conversaciones para molestarlas un poco.

Hermione se aleja y se sirve otro poco de te mientras que deja en su cartera sus hermoso obsequios, se coloca la esclava con algo de dificultad, suelta un jadeo cuando él, envuelto en una bruma grisasea aparece frente a ella con sus cejas caídas y sus ojos dilatados.

—¡Oh!— Lleva su mano sorprendida y asustada de como el se ve a su pecho que sube y baja rápidamente, mientras que lo mira sorprendida.

—Lo... Lo lamento.— Traga saliva y la mira negando con la cabeza.