Obliviate

parte 54 (extra)

—¡¡Mamá, sos la ministra, Harry es mí padrino porque no puedo estar con él!!?— Rueda los ojos y se sienta sobre el gran sillón de brazos cruzados,

—Hijo.— Lo mira.

—La semana pasada me dejaste ir no entiendo porque esta semana no me estás dejando ir...— Bufa.

Hermione deja su libro y su computadora a un lado.

Mira a Draco quién aparece por su oficina de la casa dándole una mirada tierna, y un guiño de ojo le muestra una bolsa con sus pastelitos favoritos de hogsmeade, ella muerde su labio inferior y vuelve a centrar la vista en su hijo cuando el rubio desaparece hacia la cocina con la bolsa.

—Porque no es seguro para un niño ir a una expedición de aurores, ya fuiste la semana pasada hoy no es seguro que vayas...— Rueda los ojos y se levanta acercándose a él,

—¡Pero!— Se queja.

—¡Y justamente porque soy la ministra de magia, te digo que no!— Sentencia suspirando, algo dolida por tener que decirle que no a su hijo.

—Papa.— Lo enfrenta a él mientras que lo sigue a la cocina, —Mama era más simpática cuándo yo estaba en su vientre.— Escupe.

Él lo mira de manera reprobatoria alzando una ceja mientras que el menor sale camino hacía el gran parque que tiene.

La castaña muerde su labio inferior y sus ojos se tornan cristalinos, él se acerca a ella besando su frente y tomando su barbilla, le da un fuerte abrazo y ataca sus labios en un beso fogoso...

Muerde su labio y tira de él para finalizar el beso...

—Tranquila, mi amor...— Acaricia su rostro mientras mira sus ojos color caramelo.

—¿Lo estoy haciendo mal?— Suspira.

—Esta terrible desde que Albus lo invitó, además quieren llevar a Tom.— Besa los labios de la castaña y lo profundiza, mientras que cierra la puerta con sólo pensarlo,

—Lo hago por su bien.— Susurra.

Él sonríe y asiento dándole absoluta razón.

—Sabes que en dos minutos viene corriendo a pedirte perdón, estoy seguro de que está ansioso por conocer a su hermano...— Le guiña un ojo.

Ella sonríe entre besos y lo toma por el cuello atrayéndolo hacía su cuerpo.

Mientras que el rubio acaricia el vientre muy poco abultado de la castaña, ya esperan ambos a su segundo hijo...

Hermione lo vuelve a abrazar con mucha fuerza agradeciéndole que la distraiga y que no caiga en la depresión de que su hijo le acaba de decir prácticamente que la odia por no dejarlo salir con uno de sus padrinos,

Draco relame los labios de Hermione mientras que ambos encaminan hacia el despacho que tienen en la casa, muerde su labio inferior al finalizar de humedecerlos, baja sus manos hacia el borde de su camisa y comienza a meter sus manos dentro de la misma tocando la suave piel de la castaña que tanto ama.

Ella comienza a desabotonar su camisa mientras que cada botón que está acá toca un poco de la piel del Rubio haciendo que ambos vivían antes los toques, con un ágil movimiento Draco la sube sobre el escritorio sin importar el ruido que están haciendo o las cosas que pueden llegar a estar rompiendo.

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