Parte 23

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Hermione consigue cerrar sus ojos luego de quince minutos dando vueltas en la cama, aprieta sus labios por inercia mientras mantiene sus párpados cerrados...

Aún, tiene flor de piel las emociones de haberlo sentido tan cerca de haber despertado su cama, ni hablar del hecho de la sensación de enojo y de rabia que recorre todo su cuerpo, al recordar a los dos mejores amigos del príncipe de Slytherin y lo que le hicieron con tal de que ella no saliera del Castillo.

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—¿Ma? ¿Estás escuchándome?— Pregunta.

Hermione mira hacia todas direcciones mientras oye el eco de su llamado, lo encuentra sobre el escritorio moviendo sus pies, con su trajecito a medida al igual que lo usaría su padre.

Sonríe ante lo lindo que se ve, pero despeja su cabeza y se reincorpora sobre el respaldo de su gran cama rápidamente por miedo a que él se vaya rápidamente.

—¿Paso algo?— Murmura entre curiosa y alerta.

Él niega y le sonríe.

—No hay nada porque preocuparse.— Responde sonriente, a su vez Hermione respira con tranquilidad.

—¿Todo está bien?— Le sonríe tiernamente...

—Se que hoy hablaste con papá y que te extrañó que hablará más con él que con vos, creí que sería bueno que puedas preguntarme lo que pueda responder...— Sube sus hombros inocente mientras juega aún moviéndo sus pies.

Hermione se toma unos minutos para ocultar la emoción que tiene por el simple hecho de que él es completamente maduro para la edad que aparenta tener.

—Es increíble lo inteligente que sos...— Parpadea asobrada.

—No exageres, mamá.— Sus piernas mejillas se tornan en un color sonrojado.

—No exagero, estoy muy orgullosa, a pesar de qué verdaderamente no entiendo nada de cómo podes comunicarte con nosotros... Pero realmente me asombra tu inteligencia y tu manera de dirigirte.— Muerde su labio nerviosa.

—Es gracias a vos...— Habla obvió.

Ella se lleva una mano a su pecho sorprendida, el pequeño rubio juega con las cartas no leídas de ron sobre el escritorio...

Hermione achina sus ojos sorprendida al ver que puede tocar y sostener las cosas...

—¿Por mí?— Se toma unos minutos para formular su respuesta...

—Asi es.— Sonríe orgulloso.

—Simplemente me preguntaba como es posible que estés hablando con ambos, si tenes preferencias para con él no puedo molestarme, pero no puedo negar que me sorprendí en que te apoyaras en alguien con el caracter de Malfoy.— Explica sincera y con una cálida voz aún desde la cama...

—Estoy creado a la par de la profecía, debo hacer que se cumpla, debo ayudar a papá a protegerte y debo hacer que perdones a papá, que te des cuenta que el enojo temporal no debería ser el causante de una grieta a futuro, porque es algo de lo que probablemente te vayas a arrepentir.— Le sonríe mirándola con sus ojos brillosos.

Hermione carraspea y suspira.

—Uhmm creo que eso es un tema de adultos.— Aprieta sus labios incomoda.

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