Parte 42

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Ya todos se encuentran listos para partir.

Hermione, Harry y Ron salen de la habitación de la castaña.

Harry con sus ojos rojizos, su amiga le contó todo lo sucedido con Draco, por supuesto que el morocho se alegro mucho de que ella haya bajado un poco la guardia ante el rubio, pero lo que hizo que los ojos azules de su amigo estén así es el echo de que todo está prácticamente en sus manos.

Lo siente como obligación y como presión, por supuesto que hermione no le dio a entender en ningún momento eso, sino al contrario como cuando hablo con Draco.

Ellos son un equipo, principalmente ellos tres y desde hace ya muchísimos años, y por lo bien que se conocen y se quieren no quiere que nadie se maneje por su cuenta, quiere que unan las mayores fuerzas que se puedan para llevar acabo la guerra y salir todos triunfantes.

El rubio se encuentra terminando de acomodar su vestimenta ya que tuvo que volver a ponerse otra camisa blanca debido a que la anterior había sufrido aquellos incidentes en la habitación de la castaña, a propósito de aquello lo que sucedió entre ambos quedó dónde lo dejaron cuando ella se alejó de él.

Draco estaba satisfecho con toda la gente que se había logrado reunir con la castaña durante estos dos días, claro que no podía negar que él necesitaba mucho más de ella y a medida que pasaban los días la intensidad de esa necesidad iba incrementándose en su interior, pero jamás le exigiría a la castaña que dé más de lo que ella siente o puede hacer, es por eso que él acepta todo lo que venga de ella con los brazos abiertos en cierto modo porque se siente verdaderamente culpable de haberle quitado sus recuerdos por tanto tiempo...

—Fue bueno mientras duro... La verdad es que todo salió excelente...— Ron roba un pedazo de budín de la mesa mientras lo mastica con la boca abierta y lo saborea para todos los presentes.

Luna y Neville asienten y toman unas galletas mientras hace la sobremesa del almuerzo con el postre.

—¡Fue una gran navidad!— Asegura emocionada Ginny Weasley.

—La verdad, Malfoy, debo de admitir que me dejaste sin palabras... Muchas gracias por todo y... Gracias a vos, Hermione por recibirnos en tu hogar... Significa mucho para nosotros.— Agrega.

Hermione con Gynny se ríen por lo bruto que es Ron, y que jamás va a cambiar sus hábitos con la comida.

—¡No se olviden nada!— El Colorado las mira enseñando sus cejas ante la burla que ellas dos le pusieron por su comentario...

—Weasley, todo lo que sea comida te deja sin palabras, me alegro igualmente que hayas estado cómodo, no fue tan malo...— Lo mira con malicia y todos se unen a carcajadas ensordecedoras.

Incluido el pelirrojo que no suelta sus budines.

—Ya es un mal hábito qué tengo el de juntarme con hurones y que me caiga quizás bien.— Alza sus cejas y todos vuelven a reír.

Ante cualquier persona ajena a que el gran grupo de amigos y compañeros de hogwarts pueda creer que aquellas palabras son con recelo y con maldad hacia el rubio todos aquellos que están reunidos allí saben perfectamente el significado de aquellas palabras y como todo ese grupo de un modo o del otro están... Unidos para apoyarse...

Draco acaricia su barbilla mientras habla con Goyle, Grabbe y Zabini frente a la ventana, los copos de nieve siguen cayendo contra la misma.

Theodore se encarga de la limpieza de la cocina con la ayuda de dos elfos, no está de ánimos para estar con el resto, recibió un regalo de sus padres que lo puso de malos ánimos, ellos aun siguen del lado del señor tenebroso y eso lo tiene enfurecido, generando una gran ira contra su familia y no está apenado ni arrepentido, simplemente siente rabia de que no vean la realidad, se siente presionado y muy angustiado de perder a su mamá, ya todos saben perfectamente de qué los mortifagos qué vivan van a ir Azkaban y lo más probable es que muchos de ellos reciban el beso del dementor.

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