Obliviate

Parte 36

La gran puerta se abre dejando ver y pasar a la pequeña figura de Hermione, quien lleva unos shorts de algodón y un buzo del colegio, junto con su inseparable cartera.

Suspira y cierra la puerta detrás de ella dándole un vistazo rápido a la habitación.

Draco se encuentra en la esquina de la cama sentando, mirando hacía la ventana con sus manos sobre su regazo, su rostro está más pálido de lo normal y sus ojos llenos de angustia y dolor.

Ella aprieta sus labios y apoya sus manos con delicadeza dejando su carrera en el escritorio del rubio, sorprendiéndolo...

—Viniste...— Sus ojos se llenan de brillos cuándo se da cuenta de su presencia.

Hermione se sorprende de que el e verdad no la haya escuchado ingresar a su habitación, la castaña asiente con su rostro serio, estudiando todo el cuerpo del rubio, sus movimientos y facciones.

—¿Te puesiste las cremas, ya?— Pregunta.

Él traga saliva y asiente con sinceridad, ella asiente conforme su respuesta. 

—Ya casi no tengo marcas, pero lo usare hasta que se acabe como me explicaste.— Aprieta sus labios y agacha su cabeza pensativo.

—Esta bien...— No sabe que responder, se siente incómoda.

—Te trajiste para hacer tu tareas...— Comenta mirando sus pergaminos y libros qué ella comenzó a sacar de su pequeño gran bolso.

Hermione asiente mientras se acerca a él cautelosamente.

—Tengo unas entregas para la semana que viene y quiero poder tenerlas listas, además ayudare a Luna con un trabajo y quiero estar libre para que pueda pasar los exámenes, no se cuándo tengamos que irnos, y prefiero adelantarme todo lo posible, no repetiré este año...—  Explica acomodando su cabello tras su oreja. Draco traga saliva cuando la siente tan cerca.

—¿Te quedaras?— Indaga.

Otra vez la castaña puede distinguir ese incomodo brillo en los ojos del rubio, asiente levemente y lo mira. 

—Te haré compañía y velare tu sueño, Malfoy, pero no dormiré contigo.— Explica rápidamente.

—Yo... Creí qué.— Suspira.

—Es por eso que me traje actividades para hacer, te hare compañía observandote desde ahí.— Señala su escritorio.

Draco asiente y se saca la camisa sin quitarse los botones, la deja en el suelo, no la usará mañana por lo que no hay problema en dejarla allí,  se deja el pantalón y se mete bajo las gruesas colchas de su gran cama bajo la tímida mirada de la castaña.

—Solo por si lo deseas, puedo dormir en el sillón y vos en la cama.. Pero cómo quieras, se qué te irás igualmente...— Explica enroscado en las sabanas pero mirándola con tristeza en sus ojos.

Hermione quita los mechones rubios de su frente y deposita un beso tierno y casi que invisible allí.

Él cierra los ojos  y traga saliva. 

—Descansa, Malfoy, yo te cuidaré.— Le explica acariciando su rostro. 

—¿No te irás?— Súplica.

—No me iré... Podes dormir tranquilo.— Le asegura dándole ánimos, el suspira mirándola...

—Yo debería ser quien lo haga.— Balbucea con sus ojos cerrados.

—No, Malfoy...— Suspira.

—Creo que era mejor como villano que enamorado.— Suelta un suspiro inaudible.