parte 33

1.5K 116 13
                                    

Draco lleva sus boxer bajo la toalla que envuelve sus piernas atada a su cadera, su torso completamente seco con algunas leves gotas sobre sus hombros a raiz de su cabello aún goteando cuando se hace presente de nuevo en la habitación de la castaña.

Hermione abre y cierra su boca unos instantes quedándose sin habla al verlo aparecer por la puerta, no esperaba qué el saliera de aquella manera, el rubio siempre fue muy educado, pero sabía perfectamente el juego que estaba jugando.

—¿Algo de lectura ligera?— Se pone recta y cierra su libro de magia negra, el cuál Draco no pasa por desapercibido y le alza una ceja señalándoselo.

—No es nada, solo... Buscaba ver alguna solución para poder resolver tus heridas... Recordé que tenía el libro en la cartera y me pareció bueno ver alguna solución...— Suspira sincera y toma los potes con las pociones para untar sobre su espalda y pecho.

Respecto a Hermione ya sus heridas no están cortadas y su rostro se encuentra bien, eso le da seguridad al rubio y le alegra, recién ahora lo pudo apreciar ya que antes de irse a darse un baño lo único que podía ver de ella eran sus ojos.

—Pensaba que era inútil ponerme la ropa si me la iba a tener que sacar.— señala el baño tras él y la mira.

—Uhmm.— Recorre cada parte de su fornido cuerpo y contiene el aire.

—Si te incomoda...— Comienza.

Hermione niega y se levanta señalandole que se siente sobre el borde de la cama.

—Para nada.— Responde lo mas seca posible mientras que Draco toma aire y la mira moverse.

—Gracias por hacer esto por mí.— Los potes se abren y ella comienza a mover su varita para cerrar primero con magia las mismas.

—Pareciera que cada día están peor...— Se queja consigo misma.

—Eso te preocupa...— Sonríe.

Ella trastabilla en sus palabras y no logra sacarlas de sus labios.

—No...— Murmura lentamente.

Él sonríe de costado.

—No estaba preguntando.— Sisea.

Hermione chasquea su lengua y aprieta sus labios.

—¿Ah no?— Arquea una de sus cejas molesta por ser tan predecible.

—Lo puedo deducir.— Habla burlón.

Ella niega con una sonrisa de costado.

—No me extraña...— Comienza a pasar el gel por cada herida.

Sus manos tiemblan y Draco se relaja por el frío de la sensación y por el tacto de sus dedos sobre su piel.

—Me gusta cuándo te preocupas por mi.— Admite jugando con sus manos.

—Lo hago por todos.— Deja en claro y el suspira asintiendo, claramente esperando aquella respuesta a modo de contra ofensiva.

—Por más que sea por unos segundos me haces sentir completo.— Admite.

Ella rueda los ojos...

—Cure a todos, Malfoy, solo porque se me da bien hacerlo y porque realmente me siento culpable de haber hecho que vos y tus amigos vengan a ayudarme...— Sube sus hombros obvia y sincera.

—Si vamos al punto Zabinni sabe más.— Ahora es él quien arquea una de sus cejas solo para fastidiarla.

—No te sientas prioridad, además estás siendo el último.— Sonríe cínica.

Obliviate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora