parte 5

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Draco se acerca a la sala común con el cabello algo mojado, por la falta de tiempo.

La castaña no lo escucha llegar, ya que está ensimismada en unos libros antiguos los cuáles le pueden dar la salida de Gringotts.

No es que no confíe en Harry pero siempre es bueno tener un plan b y ella es experta en eso, debido a que entiende a la perfección el grado de peligro que todos corren al enfrentarse a buscar cada una de las partes del alma de Voldemort.

Draco chasquea su lengua analizandola mientras se coloca su capa de Slytherin, aprovecha que ya está ensimismada sus tareas para poder apreciar un poco de su belleza.

Ella se gira levemente y lo ve a su lado por lo que parpadea, ya que no lo vió venir y se sorprende de la rapidez que tiene.

Draco sonríe de costado ante aquél gesto de rostro qué ella puso, llevando una mano a su cabello el cual estaba molestando sobre su frente, pero agacha su cabeza cuándo hace esa mueca.

—Perdon la demora...— Se disculpa ante una sorprendida Hermione mientras que mira su reloj pulsera.

Ella ya hace algunos meses de había percatado de ese detalle.

El rubio utiliza artilugios muggle qué jamás pensó qué sabría de su existencia, eso es otra cosa qué le hace sentir tanta curiosidad respecto a él y su actitud.

—No hay problema.— Responde monótonamente.

—Igualmente estamos a tres minutos de iniciar la ronda, ¿Vamos?— Pregunta.

Hermione asiente y se levanta dejando una marca en su libro para luego continuar su lectura de investigación, él no pasa la oportunidad de echar un vistazo al título que está leyendo, para saber de qué se trata, y rápidamente lo relaciona con lo que realmente está buscando la castaña.

Usualmente se la había dado como hobby, investigar las mismas cosas que a la castaña le llamaban la atención, para así poder ayudarla en caso de que se lo hubiera pasado por alto algún detalle que hubiera encontrado en esos archivos de investigación... Por supuesto, que jamás admitiría qué hacía aquellos, para sentirla, quizás, un poco más cercana a él.

Ambos salen de la torre y se encaminan primero a los pisos más altos para luego bajar hasta el salón recibidor, así lo habían pactado luego de que se hubieran instalado en sus respectivas habitaciones y en su nueva torre el primer día de curso, por lo cuál así lo harían hasta que finalizará el año escolar, por supuesto que todo estaba planeado y medido por la castaña, a él no le molestaba en absoluto, agregándole qué era una manera muy inteligente y eficaz de realizar el recorrido obligatorio.

Ambos no se dejan de sorprender de cómo los ventanales y varias estructuras y partes del castillo están completamente congeladas a causa del raro y extraño clima que están teniendo últimamente...

El ruido del viento es bastante perturbador mientras ellos pasean por el desolado castillo, el rubio va atento y pensativo mientras que ella tiene mil preguntas en su cabeza, cada uno presta atención a lo que le parece más interesante en su momento pero no dejan de hacer su respectiva guardia.

—Te escucho...— Murmura él, luego de un gran rato de silencio y un piso recorrido.

Ella alza una ceja y lo mira confundida apunto de lanzarle alguna grosería por creerse tan importante para decirle algo así.

—¿Cómo?— Arquea sus cejas.

—Se que tenés preguntas, te dije que te las iba a responder luego de bañarme...— Sube sus hombros y ambos giran a la derecha.

—Umhh, eso.— Piensa...

—Estabas en mí habitación leyendo el libro del príncipe mestizo ¿Tiene que ver con eso?— Rueda los ojos.

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