Parte 40

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Hermione se separa mojando sus labios con su lengua, y mira ruborizada a Draco quién traga saliva e intenta ocultar su pene erecto entre sus pantalones.

Ella sonríe e intenta no mirar la mano del rubio pero le es imponente no notar sus movimientos, ella se dirige hacía su hábitacion dejándolo sólo en la cocina, pero el ojigris la sigue mordiendo su labio inferior, deseoso de tenerla, la extraña de todas las maneras posibles y la necesita...

Cuándo ya se encuentra en su habitación cierra la puerta, y sube sus manos mirando a la castaña que la mira alzando una ceja,

—No haré nada de lo que luego te vayas a arrepentir lo juro...— Se quita el traje y con un chasquido de dedos se queda con sus pantalones deportivos y su camisa, la cual comienza a desabrochar.

Hermione traga saliva y ya lleva su remera y short para dormir.

—Sraco...— Lo mira quitarse la camisa, aunque deseaba qué se vistiera de forma muggle para poder contemplar un poco más su cuerpo...

—Solo no arruinemos la gran noche... Por favor...— Pide casi que en suplicas.

—Sabes que me cuesta dormir solo, y la verdad es que no se en que condiciones volvamos pasado mañana al castillo y necesito...— Explica moviendo sus manos con algo de temor.

alfoy...— Pide aprendo sus labios.

—A lo que me refiero es a que quiero poder descansar bien, y solo puedo hacerlo a tu lado, ¡Maldición!!—aldice y mueve su cabello encontrándose con la mirada de la castaña.

—Hey...— Susurra.

—Desearía no depender de eso, porque créeme que es una verdadera tortura.— Admite cabizbajo.

Ella lo mira, mientras que el acomoda su camisa en el pequeño sillón matero de pana.

—Que nos hayamos besado antes en la cocina no significa nada, dormirás aquí porque no hay otro lugar... No pienses que voy a darte una oportunidad solamente porque nos hayamos besado... Tampoco voy a decir que fue un error porque ambos lo quisimos...— Traga saliva una vez más y no lo mira a los ojos.

—Hermione.— Traga saliva.

—No puedo perdonarte, Draco, yo confiaba en vos más que en nadie, tuviste la marca y te apoye.— Explica con lagrimas en sus ojos.

—Lo se.— Exclama dolido.

—Cuando todos te daban la espalda, yo te di la mano, te mostré ante mis amigos, te hice de mi familia...— Suspira y pestañea.

—Lo se.— Se quita la camisa y se acerca a ella tomándola por los hombros con suavidad.

—Si lo sabes, no entiendo porque te tengo que explicar el echo de que no quiero saber nada.— Lo mira con frialdad, pero aquella mirada dura poco.

—Pero te lo explique...— Su voz se encuentra ahogada con un movimiento de manos insonoriza la habitación para que puedan hablar tranquilos.

Ella lo agradece mentalmente.

—Tarde.— Murmura cruzándose de brazos.

—Una y otra vez, tuve mis razones, Hermione, y hoy en día las podes ver... te devolví todos los recuerdos, pudiste ver por vos misma porque lo tuve que hacer.— Alza sus manos y señala el exterior.

—No cambia las cosas.— Bufa.

—Te están dando caza, no solo a Potter sino que la que sigue sos vos por no decir la primera.— Niega y lleva su mano al puente de su nariz frustrado.

—A veces explicar y disculparse no es suficiente...— Ya frente a frente.

Él acaricia su mejilla y quita los cabellos rebeldes de su rostro, Hermione traga saliva y lo detiene con su mano no quiere volver a caer en la tentación como sucedió en la cocina.

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