parte 27

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La castaña mira su reloj y traga saliva tomándose el mayor de los tiempos para responder y replantearse a ella misma si de verdad hará esto, levanta la mirada para conectarla con los ojos grises de Draco.

Aprieta sus manos y sus nudillos se ponen blancos. Sabe que fue un gran error elevar su vista hacia la del Rubio...

—Solo un minuto...— Vuelve a mirar su reloj pulsera.

—Eso será más que suficiente para mí.— Asegura poniéndose más recto si es posible aún.

—Tengo que estar en herbologia, y no puedo darme el lujo de llegar tarde...— Lo mira alzando sus cejas.

Él traga saliva y se acerca a ella con cautela mirando a detalle todo su rostro, no perdiendo ni una sola peca. Hermione ahora es quien traga en seco jugando con la correa de su bolso.

—racias...— Susurra.

Lo mira apretando sus labios y cuerpo completamente tenso.

—¿Por que?— Tuerce sus cejas, sabiendo que el rubio puede agradecerle un sin fin de cosas si se lo pone a pensar realmente a detalle.

—Se que el hecho de que mis tareas estén aprobadas y que Mcgonagall no haya echo preguntas es gracias a vos...— Lame sus labios y la mira con sus ojos cristalinos.

Hermione contiene el aire y asiente.

—¿Eso es todo?— Arquea sus cejas y lo mira con burla.

Él asiente cabizbajo.

—Puede que seas vos ahora quién tenga puesto el papel de soberbio, pero nada puede cambiar cómo eramos y como somos cuando estamos solos... O cómo nos sentimos cuando estamos tan cerca...— Agrega ante su silencio.

Hermione lo mira cerrando por un momento sus ojos conteniendo todos sus sentimientos buenos dentro de su cuerpo.

—No soy soberbia.— Se queja apretando sus manos.

—Ayer me curaste y se que esa posion fue lo suficientemente difícil de lograr...— Juega con sus manos y la mira nuevamente.

—Puede ser...— Intenta hacerse la desinteresada.

—El pote tenía mi nombre y la fecha en la que la hiciste fue luego de que volvimos de la mansión de Bellatrix... Y no se porqué pero eso me da la pauta de algo...— Aclara.

Ella alza su barbilla e ignora sus ojos haciéndose la desentendida.

—No hay nada, Malfoy, fue una simple coincidencia.— Murmura...

—Si tan sólo me dieras esa oportunidad... No te arrepentirias, no te dejaría ir esta vez...— Intenta tocar su mejilla con delicadeza pero la castaña le toma la mano.

Draco inspira aire y acaricia con su pulgar sus delicados dedos, ella niega con sus miradas conectadas.

—No funciona así, Malfoy...— Su voz es dura, Draco suelta su mano y la mira.

—Pero te importo...— Baja sus cejas y la mira obvio.

—No voy a responder eso, porque es lo que estás esperando desde hace días.— Se ríe molesta.

—Sino no te molestarias en detalles, y eso para mí es más que suficiente... porque se que queda algo, que puedo seguir peleando...— Sube sus hombros.

—Mis amigos siempre dijeron que tengo una obsesión con las causas perdidas...— Sonríe dándose media vuelta para retirarse de la torre.

Él es más ágil y pone a prueba sus reflejos para estamparla contra el diminuto pasillo a un lado de la puerta.

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