parte 30

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La hierba está tan alta que los mortifagos no pueden ver con claridad el perímetro es por eso que se están tomando todo su tiempo en encontrar a Harry y Ron, ya qué ellos mismos los han herido y saben perfectamente qué faltara poco para que la castaña se les una y así poder llevarle la pesca a su señor tenebroso, por lo que se toman todo todo su tiempo en encontrar los dado a que las heridas que le han generado lo más probable es que ellos no se las puedan curar solos y sigan todavía por la zona.

El hechizo sigue funcionando perfectamente y eso los mantiene a salvo, los cuatro avanzan lentamente, para desgracia de Goyle no hay chozas sanas, mientras que Hermione sigue con el corazón en la boca al haber visto y sentido a los mortifagos tan cerca de ellos, la llevo a recordar cuando los atraparon y fueron llevados a la mansión de Bellatrix.

Un escalofríos recorre su espalda y todo su cuerpo se lo hace notar. Goyle se maldice nuevamente porque no está encontrando un lugar seguro para resguardarse y es lo que más le preocupa, mira a Draco de reojo y este suspira vigilando todo a su alrededor.

—¿Estás bien?— Se sobresalta al sentir la mano de Draco sobre su hombro.

—Yo... uhmm.— Murmura.

—Hermione... ¿Estás bien?— Vuelve a preguntar.

Ella asiente apretando sus labios, tres pares de ojos se posan en ella.

—Necesitamos avanzar...— Goyle los apura a todos.

—Esta me suena a muy mala espina.— Crabbe aprieta sus labios muy atento a su alrededor.

—No se queden atrás, puede que sean sólo ellos, pero no debemos arriesgarnos.— Sisea.

Quiénes asienten.

—¿Segura que estás bien? Estás pálida...— Suelta.

Hermione se aferra a su bolso y asiente efusivamente intenta no mirarlo a los ojos ya que todas aquéllas imágenes en la mansión black le viene a la mente.

—Es el lodo...— Explica parpadeando incómoda.

—¿El lodo?— Sonríe incrédulo de costado, hermione es una mujer que no se preocupa por ese tipo de cosas.

—Solo es eso...— Asegura.

Él la mira nuevamente y no se conforma con la respuesta.

Pasa sus manos por su cara y toma su varita con fuerza, mientras que mira a su alrededor, quiere irse de allí cuanto antes no puede exponer a la castaña mucho tiempo más, mucho menos, sabiendo que su padre les anda siguiendo los pasos, aún se maldice por dentro por haber aceptado traerla hasta acá, pero en cierto modo se siente seguro de poder estar al menos con dos de sus amigos de más confianza.

—No pueden estar muy lejos,  hay que encontrarlos cuánto antes.— Asegura.

Hermione asiente y mira a Zabini quién lleva la delantera.

—Si están heridos, deberían de estar ya acá.— Suspira Crabbe.

—Tenemos un bache de doce minutos hasta que nos alcancen, están haciendo rastrillaje a pie porque no están seguros de lo que están buscando...— Explica chasqueando la lengua mientras mira hacía atrás.

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—¡Ron podes dejar de masticar esa irritante gragea!— Pide.

El colorado asiente agachando la cabeza.

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