parte 31

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Hermione es la primera en esquivar el rayo manteniéndo su varita en alto y soltando un grito del susto.

Draco tiene que hacer una maniobra algo peligrosa para que ninguno de los dos caiga mientras que la toma con fuerza de la cintura, ella respira agitada dada la situación y el no saber de dónde vino aquello, mira al rubio quién la sostiene aún con fuerza de la cintura, y a lo lejos Harry les hace una seña para que sigan avanzando.

Goyle logró que uno de los mortifagos caiga, ella aún asustada vuelve a generar un echizo protector, pero está vez solo para ellos dos, ya que no llega su magia en estos momentos a proteger a sus amigos, pero está segura de que todos están protegidos por ellos mismos.

—No te distraigas, Hermione... Sigamos...— La voz de Draco la vuelve a la realidad.

Se percata de que los ataques sólo fueron hacia ellos, no sabiendo sí fue pura coincidencia o premeditado.

Ella parpadea y mira el camino con la niebla impidiéndole ver.

—¡¡Nos volverán a atacar!! Saben quienes somos...— Aprieta sus labios temblorosa.

Draco niega y gira siguiendo a Zabini, ella achina sus ojos percatándose de que se están alejando de su barrio.

—Tranquila, es un desvio para que crean que estamos en el centro, no podemos exhibir tu propiedad.— Aclara.

Hermione asiente y se mantiene a la defensiva.

—¡Están lanzando maleficios para matarnos!— Se queja de lo arriesgados que son los mortífagos y que no les tiembla el pulso para deshacerse de ellos.

—Te dije que no era buena idea... Maldita sea...— Le recuerda molesto mientras chasquea su lengua.

—No es momento de discutir, Malfoy.— Eclama.

Él rueda los ojos sin que ella lo vea.

—Claramente no.— Responde molesto y muy atento a sus costados.

—Tranquilamente podrías no haberme seguido, yo sóla hubiera estado perfectamente bien... Tenía que ayudar a mis amigos, ¡Ellos solos no podían!— Grita.

El rubio con sus cejas arqueadas y su rostro demandando enojo frena su escoba y ambos bajan rápidamente con gran agilidad.

—No voy a discutir con vos, Hermione.— Toma a la castaña rodeandola con sus brazos para que no se vaya de horcajadas al suelo.

Al no estar acostumbrada a los aterrizajes rápidos cómo si lo estaba el por el quidditch...

—Lo estabas haciendo.— Se queja perspicaz.

—Estas pálida de nuevo

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—Estas pálida de nuevo.— Bufa.

Hermione lo mira con su cuerpo totalmente tenso y agradece luego de un leve apreton de labios y un carraspeo por su parte débido a los nervios de su cercanía.

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