parte 50

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Harry Potter yace peleando su propia batalla, la cual sólo él sabe... De la cual tampoco había comprendido mucho y todo lo habían deducido sobre la marcha, si había algo en lo que es snape tenía razón, es en lo poco claro que solía ser el profesor dumbledore cuando hablaba con Harry.

Había muchas cosas que el morocho se había tomado demasiado tiempo para deducirlas y de que tampoco estaba seguro de que fueran a funcionar de aquel modo como él lo esperaba, pero él seguía teniendo su fe intacta en su profesor, y sabía que de alguna manera u otra si él les había obsequiado aquellos objetos como herencia después de su muerte por algo debían de ser.

Hermione no puede más con el dolor de su pecho, siente que se ahoga, que no puede continuar con lo que tiene que hacer, que ni siquiera sabe qué es lo que tiene que hacer pero quiere levantarse e ir a clavarle la espada en el pecho voldemort, levanta la vista y mira a Draco a pocos metros de ella...

—Malito infeliz— Murmura Draco y niega con la cabeza ante cualquier cosa que se le está cruzando hacer por su mente, él aprieta su varita y corre a un lado de ella para llevársela lejos.

—¡No hay donde escapar, querido Draco!— Sonríe malicioso.

—¡No los tocarás!— Sisea.

Voldemort lanza su rayo verde contra ellos, pero la bruma que han dejado en el aire choca contra él, todos se quedan asustados y en silencio viendo como ellos desaparecieron.

Ron va inmediatamente por su familia, la que más le preocupa en estos momentos es la pequeña Ginny, quién se encuentra en los brazos de su padre desesperada, él abraza a la pequeña colorada para darle ánimos de que todo va a estar bien, a pesar de que su hermano ya no se encuentra con ellos...

Lupín y Tonks yacen a un lado del gemelo... Todos en el castillo velan y oran por la paz de los caídos el día de la fecha...

Sus varitas se elevan e innumerables cantidades de estrellas salen volando hacia el cielo...

Snape aún cogeando por su incoveniente con Naginni se acerca a la señora Weasley y su marido.

Los mismos se sorprenden de verlo allí a un lado de ellos y que no esté con los profesores ayudando a los alumnos heridos, pero eso era lo especial que tenía el profesor Snape, siempre sorprendía a todos y para bien...

—Él vive...— Susurra mirándolos fijamente...

Una sonrisa se logra ver en las caras de ambos.

Ginny mira a su hermano y abre su boca conmocionada sin siquiera poder pronunciar una palabra que le genere tanta alegría como haber escuchado que Harry está con vida.

—No dejen que ningún alumno, ni mago baje la guardia, sólo debemos esperar un poco más y les aseguro que estás muertes que tenemos aquí no serán en vano, tendrán su honor y lugar correspondiente...— Pide.

La señora Weasley no aguanta más y se lanza sobre él en un efusivo abrazo, que lo toma por completa sorpresa.

—¡Querido, oh por dios!— Grita con efusividad.

—Todavía tenemos que vengar la muerte de aquello que amamos.— Le agrega él, a la señora que lo mira con aquella mirada tan maternal que podría hablandar hasta a cualquier témpano...

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—¿¡Que hiciste!?— Golpea el suelo de su propio departamento, —¡¡Nooo!! ¿Por que estamos acá?— sus lágrimas no cesan.

Theodore quién se unió a ellos, porque así estaba planeado desde un principio todo, se dirige a la cocina por una taza de té rápidamente ya que no quiere presenciar la pelea que ellos dos van a tener.

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