CAPÍTULO XXX NOTICIAS DEL OTRO MUNDO

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Imperio de Kyoga, ciudad de Kyoga, año 113 de la "Nueva era".

Un grupo muy reducido de hombres y mujeres estaba a cargo de la biblioteca, allí no solo llegaban ejemplares, obsequios de otros reinos, sino también todos los pergaminos que el reino recibía. Algunos se dedicaban a encuadernarlos para detallar el contexto de la historia que se contaría al mundo, y por lo general las mujeres eran las encargadas de redactar dos copias de cada uno de los volúmenes más importantes. Muchas de ellas por su excelente caligrafía y prolijidad, se dedicaban a realizar copias por pedidos expresos de reyes de todo el mundo, de nobles, señores, caballeros, magos y sacerdotes. Cada una de las cartas que salían o llegaban al reino, estaban guardadas en alguno de los libros. Claro que no siempre lo que los libros contaban, eran el fiel reflejo de la realidad que los reinos vivían. Con el Rey Magni las cosas se habían falseado, solo se escribía lo que el Rey autorizaba y de la manera que él quería contar los acontecimientos. Los últimos años, Quzah ya no pudo ocuparse mucho de ese trabajo y los libros se escribían sin interrupciones ni ningún tipo de deformación. El Rey no estaba bien, había permanecido los últimos meses en la cama, casi sin levantarse. Crono suponía que a su padre no le quedaban muchos años más y estaba asustado. Comenzó a hacerse cada vez más presente en las reuniones del consejo con la intención de ponerse al corriente con todos los problemas que atañían a Kyoga.

—Una guerra entre los pueblos del sur es inminente, ya han pasado trece años, suficientes para que un ejército se reagrupe, para que los niños que nacieron ese día puedan manejar un arma y defender a su pueblo. No estoy seguro si será este año o el siguiente, pero sí estoy seguro de que viene en camino, los khoisan juraron tomar venganza. —Advirtió Anguira, un muchacho insigne entre todos los que practicaban las artes ocultas, que reemplazó con buen éxito la ausencia de Jano Melqart. Gracias a su notorio talento se le permitió con su tan corta edad, entrar al consejo del Rey, mucho antes de lo que se les permitía a los magos de la corte.

—Esta vez la guerra será diferente, ya no querrán morir de frío en el hielo, temo que, si ninguno logra atravesar las murallas de Gilgamesh, invadirán Lorelei. —Sentenció Crono.

—No pueden hacer eso, Lorelei es una ciudad regida por Kyoga, que goza de protección real, todo el mundo sabe que Lorelei es un lugar neutral, sin ella el paso sería imposible.

—Lo que todos están sabiendo en este momento es que mi padre está viejo y enfermo y lo aprovecharán para tomar lo que les venga en gana. —Discurrió Crono.

—No podemos dar ninguna ventaja, debemos prevenir la ocupación. —Fue la declaración de Rahab, como general de tropas del ejército de Kyoga, siempre estaba dispuesto a la guerra.

—Envía entonces más guardias a Lorelei. —Ordenó Crono—. Y ahora levántense, esta reunión terminó y no se volverá a celebrar una próxima sino hasta que yo lo demande.

Caminó hasta las habitaciones reales y se sentó junto a la cama de su padre. Todavía no se acostumbraba a verlo así.

—Necesito que me digas lo que se habla en el consejo, hijo, yo todavía soy el Rey. —Exigía Quzah con voz queda.

—Quédate tranquilo padre, todo estará bien. Tengo el presentimiento de que alguno de los pueblos del sur saqueará y tomará Lorelei y he decidido enviar más soldados allí.

—No pueden tomar Lorelei, debemos evitar a toda costa que Lorelei sea tomada. —Se alteró Quzah escupiendo una tos áspera y ensordecedora—. Tu madre... no te lo he contado todo... tu madre no era una mujer corriente, yo le supliqué a mi padre que la trajera porque ella me salvó la vida... 

Lágrimas que caen en el corazón del mundo - (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora