El Novio de Mi Hermana → l.h ✔

XIV

-Despierta -Calum movió mi brazo- Liv, despierta.

-¿Qué? -abrí mis ojos.

-Te quedaste dormida -acarició mi rostro- ya son las diez de la noche y si no llegamos rápido, tu padre me matará.

-No seas paranoico, mi padre no haría eso...¿o si? -lo asusté.

-¿Ves?¿y si te deja sin amigo? -abrió sus ojos.

-Cal...ya deja de imaginar cosas -reía mientras me paraba de la banca- solo a mi se me ocurre dormir en una plaza, ahora me duele todo.

-Te lo dije -comenzó a sonar su teléfono, vio la pantalla y lo volvió a guardar.

-¿Pasa algo? 

-No, nada -se puso nervioso nuevamente.

-¿Calum?¿me estás ocultando algo? -pregunté segura.

-Liv, yo -bufó- yo si tengo novia...

-Pero me dijiste que no.

-Lo sé, pero es que no quiero hablar de eso -pasó una mano por su cabello.

-¿No confías en mi? -lo miré triste.

-Si, pero no es algo muy lindo que digamos -comenzamos a caminar.

-¿Qué pasó con tu novia? por favor dime, tal vez te pueda ayudar en algo.

-Ella... ella está internada en un centro de rehabilitación -lo miré afligida.

-¿Pero como? 

-De verdad no quiero hablar de eso ahora -apuró el paso- nos vemos en la escuela, Adiós.

-Pero no te enojes -corrí tras el- si no quieres hablar ahora, esperaré cuando quieras contarme.

-Eres tan linda -me abrazó- gracias.

-Somos amigos y los amigos están en las buenas y en las malas, si no me quieres contar, lo comprenderé.

-Dios, eres tan linda y comprensiva -me aferró más a su cuerpo- no sé como Luke...lo siento yo no quise -se disculpó.

-No importa, ya lo estoy superando -mentí.

Llegamos a mi casa estuvimos hablando media hora más hasta que la madre de Calum lo llamó porque ya era tarde y era peligroso. Nos despedimos, entré a mi casa, saludé a mis padres y subí a mi habitación.

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EDITADO.

Prisila.