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Salió del baño y de acomodó a mi lado en el sillón.

-¿Qué película quieres ver?-.me pregunta Andrew.

-Umm no lo sé hay muchas, tu escogela eres el invitado-.dije y sonrió, joder que hermosa sonrisa.

-Esta bien, ¿Qué te parece....? Ummm no sé, te gusta..?-.

-Podrías decir una-.

-Es que no se, yo casi no veo películas -.

-Ummm dime un género -.

-¿Terror?-.

-Ok-.

Buscábamos y buscábamos películas hasta que por fin apareció una que nos agradó.
Primero al inico de la historia pues comíamos y mirábamos la película como todas persons normales. Después al desenlace pues seguíamos comiendo. Pero ya después ni siquiera podía sacar los brazos o los pies por su tenía miedo.
Habíamos pasado de estar sentados uno al lado de otro a estar acostados, yo de lado de el respaldo de el sillóny Andrew en la orilla. Cuando menos me imaginé y reaccione mi brazo estaba en el abdomen de Andrew, ósea como que yo lo abrazaba para que no se callara y esta a su vez sostenía mi mano.

-La película da algo de miedo, ¿no crees?-.pregunta Andrew y lo silencio.

Estaba muy entretenida, si daba miedo y así, pero pensaba más en cómo estaba con él, jamás había estado tan cerca de un chico y me alegra que sea él y no otra persona.
La película se acaba y el se acomoda boca arriba y me mira.

-¿Qué pasa?-.le pregunto y me sonríe. Dios amo su bonita sonrisa.

-Nada, es sólo que jamás imaginé poder estar así contigo, yo me imaginaba en otro lado, llorando por no estar contigo, pero aquí estoy porque pasé mi mejor día contigo-.dice acostado en el sillón.

Nos quedamos en silencio unos cuantos segundos y el seguía mirándome y yo comenzaba a estar nerviosa, quería levantarme y salir corriendo, poder gritar a los cuatro vientos lo confundida que estoy porque no entiendo nada, cada segundo que pasa el estar con el es más confuso para mí, porque mi cuerpo y mi corazón dicen sí, pero mi cabeza y boca dicen no.

-Te amo hermosa-.dijo y cerró los ojos.

Verlo tan inocente, con los ojos cerrado, con su respiración tranquila, con sus pestañas debajo de sus párpados decorando su bello rostro, mientras sus labios eran cellados por su sueño. Verlo así me hacía pensar lo mucho que me importa y lo poco que se lo demuestro, verlo aquí, así, me hace pensar que pronto ya no lo veré más, que más de demostrarle mi afecto lo he hecho sufrir y pasa por situaciones inconvenientes que lo ponen mal y inconscientemente afecta a su sistema.

Abre poco los ojos y sonríe, los vuelve a cerrar y pasa su brazo derecho por mi cintura, abrazandome. Miró su rostro tan solitario y no puedo evitar besarlo.
Trató de acostarme por completo a su lado y cuando le he logrado comienzo a acariciar su rostro con tanta delicadeza que vosteza. Beso su frente, después su mejilla y terminó por cerrar el acto con un beso en los labios.

Lo beso tan lento que puedo sentir como poco a poco el me sigue el paso, puedo sentir sus labios rosando los míos, ese sabor a menta inunda mi boca provocando sentirlo más y más al paso de la frecuencia. Después me acerca más a su cuerpo abrazandome con fuerza, primero era lento pero ahora es un poco más rápido, empezó por un beso casto y limpio y cada vez su intensidad aumenta, la respiración es acelerada y al sentirla contra la mía provoca las ganas de seguir y no parar, es una buena manera de provocar a lo inculto.

La extensión de su boca contra la mía es cada vez mayor, comienza a morder mis labios y viceversa, pero de manera tierna y sin lastimar, sin querer comienza con mi lengua y le sigo el juego. Sigue basándome, se vuelve como una droga, algo que no quieres dejar de hacer.

Incompatibles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora