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Ya eran las 8 de la noche y Andrew y yo habíamos tendido una cobija en la parte seca de la arena y teníamos una fogata mientras comíamos bombones y tomábamos chocolate y galletitas.

-Bien te toca decir un secreto -.dije y Andrew traía la pelota.

Había en mi carro una pelota pequeña como de tenis, cada vez que el la atrapada tenía que decir un secreto y cada vez que yo lo atrapaba igual, tenía que decir un secreto.

-Bien mi secreto es que no había dado mi primer beso hasta que te besé a ti-.me paso la pelota.

No podía creer eso, debía ser una broma, ¿no había besado a nadie?, muero de risa internamente.

-Me cortaba cuando tenía 15-.dije y le lancé la pelota.

-Cuando tenía 16 fuí a una fiesta de preparatoria en la que me obligaron a comer una paleta fría y tenía droga, ¿adivina quien miraba unicornios y hablaba con pandas esa noche? -.dijo y reí, recibí la pelota.

-Le tengo miedo al llanto de la llorona y puedo llorar cada vez que lo escuchó-.Andrew río y le pase la pelota.

-Soy virgen-.dijo Andrew, eso sí no lo podía creer y me lanzó la pelota.

-Siento algo por ti-.le lancé la pelota y el me miraba con una sonrisa y con cara de "Mami recibí el juguete que queria".

-Yo te amo-.dijo y soltó la pelota a un lado de el.

-Ese no es un secreto -.respondí y el se sentó frente a mí.

-Para mi lo era-.

-Andrew no quiero volver a caer en eso y que me hagas sentir miseria, ¿tienes idea de las miles de personas que me han hecho sentir basura?, crecí creyendo que el mundo estaba en mi contra lastimando a otras personas para evitar eso, lastimarme a mi-.

-No Jay ya no haré cosa semejante, se que cometí un error y me hace tan feliz que me digas esto, muy feliz-.

-Y todo va bien, por favor no lo arruines-.

-Si, si, si, gracias Jayden-.

-No, no me agradezcas-.

-Bien, son las 8:40 de la noche-.

-No quiero irme aún, ¿quieres irte?-.

-No-.

Apagamos la fogata y nos acostamos en la manta, claro separados uno del otro, no quiero que piense mal, todo debe fluir.
Mirábamos al cielo por un rato, había silencio absoluto y se escuchaban las olas del mar y las estrellas en el cielo todo era tan relajante y bonito, hacia mucho frío. Me gustaba porque todo el día estaba nublado pero en la noche podías ver el hermoso cielo estrellado.

-¿Te gusta estar así verdad?-.me pregunta Andrew sin dejar de mirar.

-Me gustan este tipo de paisajes porque son tranquilos, normalmente vengo yo sola con mi cámara y mis audifonos para escuchar música, tengo una colección de fotos a lugares que he ido y he fotografiado porque podría decir que es uno de mis hobbies -.respondo y voltea a verme, se acuesta de lado para poder verme y hago lo mismo para verlo.-¿Y a ti te gustan?-.le pregunto.

-Me gustan cuando vengo contigo, porque aunque no me creas hacen que me sienta tranquilo, hacen que...-.lo interrumpo.

-Se convierta en uno de tus lugares favoritos, que creas que es el lugar en el que quieres estar siempre y que sabes que es al lugar que perteneces porque te sientes bien y en realidad nada te falta-.

-Porque sientes esa adrenalina que recorre tu piel, una emoción interior sin explicación y te das cuentas que es tu lugar -.

-Si, me ha pasado-.

-A mi sólo contigo-.dijo haciendo notar sus celos.

-¿Y con quién crees que yo me siento así?-.le pregunto, tal vez crea que con alguien más.

-Lo mismo me pregunto-.

-Eres la única persona con la que he salido fuera de la ciudad-.

-Cierto-.responde y me sonríe.-En verdad te amo Jay-.dice sobando mi mejilla con la llena de sus dedos.

De un momento a otro Andrew esta sentado y yo estoy recostada en sus piernas, mi cabeza en sus piernas y el acaricia mi cara y mi cabeza de manera en que me quedo dormida.

Incompatibles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora