Capítulo 11

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Cambio mi camisa por una blanca de algodón mucho más informal a la que me dio Sopphie, me pongo unos jeans negros y unas zapatillas de deporte en ambos colores. Me miro en el espejo de la habitación para invitados. ¿Cómo es que ellos se acostumbraron a este tipo de ropa? Yo estoy mareado de solo ver blanco, blanco y más blanco, aunque también hay un par de cosas negras.

La puerta de mi habitación se abre, por ella se asoma Perla. Cuando me ve me sonríe y entra, detrás de ella Amatista, con traje de ser como un guardia o algo así, entra después. Perla se me acerca y me atrapa en un abrazo fraternal.

- Que inesperado tú regreso. – dice en mi oído – Pero menos mal llegas, iba a volverme loca si Sopphie no te conseguía.

- Yo también estoy feliz de verte de nuevo. – murmuro con una sonrisa.

- ¿Estás bien? ¿necesitas algo? ¿Estás lastimado? – pregunta mientras me revisa de pies a cabeza.

- Estoy bien, gracias. – murmuro. – Solamente que todo esto es nuevo para mí.

- Es así al principio. – dice Amatista caminando hasta nosotros. – Luego te acostumbraras. Por lo menos no somos de la sede de Steven. – luego se carcajea, mientras deja su mano en mi hombro.

- Amatista. – le regaña Perla.

- Lo siento, ¿sí? – dice, pero aún sigue riéndose. – Tienes que aceptarlo, vivir en rosa tampoco es que ha de ser muy emocionante.

Perla suspira. – Bueno, Sopphie te necesita en el comedor, dice ser importante. Si estás listo, puedo acompañarte.

- Gracias. – Perla me guía por todos los pasillos, ahora que los pasillos no están tan habitados puedo ver que la mayoría de las luces están apagadas, exceptuando las del suelo, que le salen luces menos fuertes que las otras, pero igual de eficientes.

Amatista va detrás de mí, como si fuese a cuidarme la espalda o algo así. Luego llegamos hacia una puerta, no tan grande como la de la recreación de la Tierra, pero igual de decorada, Perla teclea la pantalla y luego se abre, me da paso y me hace señas para que entre. Camino hacia adentro y la habitación es del mismo color que el resto del lugar, en el centro hay una mesa, no muy grande pero no muy pequeña, hay unas 10 sillas, todas vacías, detrás de la mesa una gran ventana vertical se extiende mostrando el espacio exterior, a los costados del comedor se ven dos portales sin panel, uno de ellos está abierto, iluminado y unas vocecitas chillonas salen de ahí. Guiado por la curiosidad me acerco, a paso lento, las voces se intensifican, gritos, chillos y risitas salen. Paso el portal y cuando miro lo que veo adentro mis ojos empiezan a picar. Las voces secan de pronto y todos los ojos voltean mirarme.

Una pequeña niña con ojos grandes, en azul y marrón, son los primeros en captar mi atención, unos cinco a seis años, rostro levemente bronceado, cabello hasta los hombros, en rizos y rubio casi oscuro, cuerpo delgado y con un hermoso vestido blanco hasta antes de las rodillas. A su lado un hermoso niño de su misma edad, cubierto de harina y migas de galletas, con ojos verdes, piel del mismo color de la niña, cabello rubio oscuro y cuerpo más grande que la niña se queda paralizado. Samantha y Ethan. Ellos miran hacia arriba, sigo su mirada y Sopphie, con un hermoso vestido hasta casi sus rodillas, sin mangas, dejando asomarse las montañas de sus hermosos pechos, pero con la espalda completamente cubierta, y sorprendentemente azul celeste, está recostada en la isla de la cocina con un tazón de frituras, me mira a mí y luego a los niños.

- Mamá. – murmura Sam algo asustada. Su voz es suave y delicada, como la de Sopphie.

- ¿Quién es él? – pregunta Ethan, levantándose.

Yo simplemente no puedo moverme, siento las lágrimas cosquillear en mi rostro, mi boca abierta, y jadeante, se seca lo que me obliga a cerrarla.

- Él es Rubén Red. – murmura Sopphie, tragando grueso. – Lo conocerán más tarde, necesito hablar con él en este momento. A solas.

Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora