Capitulo 37

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Me levanto delicadamente de la cama donde Sam y Aleena duermen en mi S.T. personalizada. Más me paralizo al ver que Sam se mueve, pero al final solo termina volteándose sobre su costado y abrazando a Aleena como si fuese un peluche.

Suspiré levemente.

No tienen idea de lo que me costó dormirlas y yo ni siquiera logré ni dormitar. Estoy muy nerviosa, mañana es cuando todos– menos yo desgraciadamente –van a ir hasta Gomorra a detener a Edgar y a Edward. ¿Tienen idea de lo mal que me siento que ellos vayan a resolver MIS problemas y yo ni siquiera puedo ir y quedarme dentro de la nave? Es un estúpido juego.

Salí de la cabaña haciendo el menor ruido posible, para cuando una fuerte ráfaga de aire me azota y soy obligada a acurrucarme en mi suéter. Debí haberme puesto unos shorts más largos como pijama. Decidí caminar hasta la punta de la colina, donde un árbol se extendía con grandes raíces y
grandes ramas que hasta ahora, extrañamente, no dan frutos.

Me siento en la grama, dejando mi espalda recostada contra el árbol. Desde aquí puedo ver la cabaña, con las luces apagadas y con un poco de humo aun saliéndole por la chimenea, tan silenciosa y pacífica. Todo lo contrario a mis pensamientos. Que van desde una muerte trágica donde
todos mis amigos y familia se quedan varados en la nada con la nave, no tienen más comida y no les queda de otra que comenzar unos juegos del hambre entre ellos mismos, hasta
una posible desaparición por una absorción extraterrestre, irónico ya que, si existieran, serían las gemas y ellos van acompañados de ellos.

Suspiro nuevamente.

De repente el sonido de unos pasos me alertan, me levanto asustada de donde estoy, pero me relajo al ver que es Rubén, quien viene caminando hacia donde estoy con su pijama que
consiste de unos sencillos pantalones holgados y una franela normal, todo blanco como siempre. Me dejo llevar nuevamente por el árbol, hasta que estoy en la postura que estaba antes, solo que esta vez Rubén está sentado a mi lado, con mi rostro en su hombro.

- Supuse que querías un poco de compañía. – susurró en mi oído.

- No estás muy errado. – murmuré, cerrando los ojos por un momento, pero por más que intente, de este modo tampoco logro llegar a un estado de tranquilidad en el que pueda pensar “me desmayaré si no me voy a acostar ahora mismo”.

- ¿Qué hacemos, entonces? – pregunta Rubén y noto la invitación indecente en su voz.

- Supongo que nada más que ver el cielo des-estrellado y la cabaña oscura y anticuada. – murmuro con desanimo.

- No es anticuada. – dice Rubén. – Por fuera, tal vez, pero por dentro es muy acogedora.

- A Ben le gusta la cabaña. – dice ladeando la cabeza para intentar ver el porqué de lo que acabo de decir, pero por más que intente se me es imposible. – Supongo que cuando vaya a reprogramar esta simulación le pediré que haga algo más que una cabaña y un bosque.

- Supongo que eso llevará más programación, ¿no? – pregunta Rubén.

- Oh, claro que sí. – digo levantando mi cabeza de su hombro.– Pero sé que Ben lo haría si se lo pido.

- Pareces decepcionada por eso. – murmura Rubén con el ceño fruncido. – No tiene sentido, ¿quién no desearía esto? Me refiero a que, cualquier persona que le guste liderar y eso, le
encantaría tener todo eso poder que tienes.

- Exacto. – exclamo. – Pero a mí no me gusta. Lo que quiero decir, es que sí, tienes razón, una vez que se te suben las nubes a la cabeza es imposible no gustarte dominar y liderar, pero no es solo eso. ¡Tengo la vida de toda esta sede en mis manos! Si hago algo mal, doy un paso en vano, todo se
acabará, se desmoronará, y ahí es donde Ben entra… él, es bueno en esto, le gusta liderar, es bueno liderando. A parte de que tengo el breve presentimiento de que, si fuera Ben el que cometiera todos los mismos errores que yo, Garnet no sería así, tan…

Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora