Capitulo 59

76 7 1
                                    

- Vamos, Sopphie.

Inhalo, exhalo, inhalo y exhalo una vez más… pero aún así me siento asfixiada. Es un dolor demasiado extraño y fuerte como para poder definirlo, pero aún así lucho contra la oscuridad para poder continuar.

- No puedo. – murmuro entre lágrimas. – Duele. No puedo.

- ¡Sí puedes! – me incentivó Rubén, mientras que su agarre en mi mano apretaba aún más. - ¡Claro que puedes, sé que puedes! ¡Vamos, Sopphie!

Él tenía esperanzas en mí, pero ¿yo también las tenía? ¿Tenía esperanzas en mí? Eso había que preguntárselo, y probablemente la respuesta sea muy extensa y de todas maneras no llegue a ningún lado con ella, pero les aseguro que no llegaré muy lejos si mi vehículo es mi autoconfianza.

- No puedo… - sentí mi voz desaparecer y desganada.

- Sopphie, si no lo haces, la bebé morirá.

Y yo sabía que la bebé moriría si no hacía algo, la bebé podría asfixiarse dentro de mí, con todo el líquido, o podría no darle mucho tiempo para respirar cuando saliera de mí o podría
simplemente no ser una buena madre y que ella termine suicidándose cuando llegue a su etapa de la adolescencia. Pase lo que pase, algo siempre termina saliendo mal si está en mis manos. Pero lucharé, lucharé por la pequeña Mini-Nutella para que viva y pueda ser feliz. Lucharé por mi familia.

Y con un último esfuerzo más, sentí mis ganas desvanecer, seguido de un llanto de un bebé y luego todo los demás se vuelve oscuro, en realidad no, pero desearía que así fuera,
ya que el dolor me supera en gran cantidad.

(**)

El techo es blanco, las paredes son blancas y el electrocardiograma que está a mi lado que marca mi pulso también es blanco. Mi pulso es de 63, creo que es lo único que hasta ahora
entiendo que significa. Pero por lo demás todo es extraño, todos los números, colores y símbolos.

Todo se ve tan diferente, pero es igual a la nave, sin embargo.

Desde que Rubén me cambió de habitación porque en la otra la cama estaba llena de sangre y de placenta por mi reciente parto de allá, me he sentido mareada. Obviamente
efecto de los analgésicos, pero es muy extraño de todas maneras. Jamás había dado a luz de manera natural, y mucho menos dentro de una casa, dentro de mí casa. Cuando tuve a los gemelos fue por cesaría porque yo estaba muy débil. Más con esta bebé, que fue una gran sorpresa para todos ya que se adelantó por dos semanas, la tuve con parto natural en
mi propia casa. Es increíble.

- ¿Sopphie? – escucho una voz provenir lejos, pero los analgésicos que Rubén me ha administrado me hacen volar por todas partes y en realidad no estar más lejos que la cama de mi habitación.

Volteo mi rostro un poco y segundos después veo a Rubén inclinarse frente a mí en la cama. Con mis manos cosquilleando, tomo sus mejillas y las acaricio. Veo su rostro estar lejos, pero en realidad él está tan cerca, tanto que puedo sentir como roza sus labios con los míos.

- ¿Cómo está la bebé? – pregunto acariciando el cabello de Rubén, aún sigue siendo igual de claro que era desde hace unos cuanto meses, pero sigue siendo el mismo cabello que siempre me ha gustado acariciar y despeinar.

- Está bien, Sopphie. – murmuró Rubén cerca de mi rostro. – Ya te he dicho muchas veces que ella está bien, su pulso se elevó considerablemente y puede respirar sola. No necesita más nada.

- Necesita alimentarse. – murmuro intentando levantarme, más cuando siento un punzante dolor… ahí abajo, con ayuda de Rubén me vuelvo a recostar.

Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora