Capitulo 29

44 9 0
                                    

Siento un gran dolor en mi torso, pero lo ignoro, logrando
continuar exitosamente con mi sueño: en él, todos somos
felices y nos amamos los unos a los otros; pero en la vida real
no es así: en la vida real, en este preciso momento mis hijos
están en la S.T. de mi sede, a más de seis horas de donde
estoy, una de mis madres está muerta y la otra resentida
conmigo, mientras en el planeta en el que domino las gemas
me tienen miedo y mi sede está destruida. Nada es como lo
soñamos, ¿no?

Siento mi cuerpo temblar, pero lo ignoro, logrando continuar
con mi siesta ahora sin sueño.

Siento mi frente empapada en sudor y escalofríos invadirme el cuerpo, estoy a punto de despertar, lo sé. Pero antes de que pueda volver a obligarme a dormir, escucho una puerta
abrirse y luego pasos apresurados hacia mí. Abro un ojo, frente a mí la figura borrosa de Rubén, con gotas cayéndole
del cabello y con tan solo una toalla amarrada en la cadera,
está asustado, quita la sábana que me tapa y mi cuerpo
empieza a temblar más del frío. Rubén mira asustado la
cama, miro hacia abajo y veo que he manchado toda la cama
con sangre.

Rayos, la herida.

Rubén exclama algo como una maldición, seguido de mi
nombre en un temblor de su voz. Cuando menos estoy
acordando Rubén ya me ha levantado en brazos y me está
llevando así hasta al baño. ¿Qué me va a hacer? Debí
haberme curado esa herida cuando tuve oportunidad.

Rubén me deja delicadamente en el retrete, mi cabeza da
vueltas y mis extremidades cuelgan inmóviles a mis lados,
apenas logro mantener el equilibrio, más sin embargo siento que me tambaleo mucho y que en cualquier descuido me
caeré derechito al suelo.

Rubén se agacha frente a mí, me mira unos segundos el
rostro, yo logro ensanchar una sonrisa y mirarle con el mismo
amor que él me demuestra siempre. Rubén levanta mi
camisón y termina quitándomelo por encima de mis brazos,
ahora solo estoy en brasier y braguitas, por lo que siento mis
mejillas arder, y ahora estoy más despierta y alerta. Miro mi
cintura y veo que la gaza que me puse otra vez está
desbordando la sangre. Rubén me ayuda a levantar y pasa
sus manos por mi espalda, roza algunas de mis heridas, hasta
que sus dedos llegan a mi sujetador, pero se detiene, no me lo desabrocha, hasta que después de mirarme unos
segundos, como buscando consentimiento, lo desabrocha y después me lo quita completamente, trato de ignorar su mirada y de evitar que mire mis sonrojadas mejillas, después se inclina y también se deshace de mis bragas. Y después,
por obra de una casualidad, estoy desnuda frente a él,
sintiéndome temerosa, como la primera vez, y con calor
sobrecogedor en mí, a pesar de que estoy temblando por la
fiebre.

Agradezco mucho que Rubén no se quede viendo mucho mi
cuerpo, después de todos estos años mi cuerpo ha cambiado
mucho, probablemente esté más delgada, o más rellena
quizá, mis curvas pueden que hayan desaparecido casi por
completo o puede que hayan más imperfecciones que yo no
haya notado. Simplemente no lo sé. Cuando estás casi-
corrupta como yo, no ves belleza completamente, y mucho
menos en ti, puede que esté más guapa que antes y yo no lo
note, o puede que esté peor y es lo que estoy notando mucho.
Aquí, lo único guapo que veo, es Rubén.

Él toma mi cuerpo y llevándome casi que a rastras, logra
meterme debajo de la ducha, diciéndome que todo estará
bien, pero su voz suena ahogada y creo que no es culpa de él, creo que soy yo la que lo escucha así, luego él se quita su
toalla y queda completamente desnudo frente a mí, pero no
tengo fuerzas para quitar la mirada de su rostro, de sus ojos, de sus labios. Y de pronto, el agua fría cae sobre mí y casi
convulsiones se apoderan de mi cuerpo. Dios, está congelándome, pero por suerte Rubén lo nota y abre un poco, solo un poco, el grifo del agua caliente y el frío desaparece un poco. Aun así sigo temblando, por lo que Rubén me envuelve
con sus brazos y me aprieta a él. Y ahora todas las partes de
nuestro cuerpo se chocan. Mis manos en su pecho, que sube
y baja lentamente, su rostro hundido en mi cuello y sus labios susurrando cosas lindas y motivadoras en mi oído, mientras rozan mi cuello haciendo que mis vellos se ericen y haciéndome estremecer.

Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora