Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]

Capitulo 50

SOPPHIE POV'S

Ben agarra de mí y me hala hasta esconderme dentro de una pequeña habitación, la cual agradezco mentalmente que esté vacía de tropas de gemas. Los demás chicos hicieron lo mismo y se escondieron dentro de la misma habitación que nosotros y Rubén y Joiseph espiaban por la
puerta para asegurarse que no venía nadie hacia nosotros.

- ¿En qué estabas pensando? – pregunta Ben entre dientes. – Mejor hubieses gritado: “¡Oigan todos, estamos aquí!”

- Lo lamento, ¿sí? – murmuro. – No lo pensé. Es que, por favor, era el líder Gomorro siendo dominado por lo que él creía que eran unos estúpidos humanos. ¿Es que no te das cuenta
lo que tenemos frente a nuestros ojos, Ben?

- No estoy ciego, Sopphie, ciertamente. – murmuró Ben. – Pero por el amor de Dios, Sopphie. Casi haces que me dé un maldito paro cardiaco.

- ¡Cállense los dos! – murmura Gabi. – Es que no ven que Edward está ahí afuera.

- ¿Edward solo? – preguntó Ben, mientras se alejaba de mí y se acercaba a la puerta.

- No. – murmuró Joiseph mientras se alejaba de la puerta y negaba con la cabeza. Rubén le siguió detrás.

- Está con el maldito de Edgar. – murmuró Rubén en tono despreciable, como si en este mismo instante siquiera agarrar un arma y dispararle en medio de las cejas. – Creo que deberíamos salir, enfrentarlos y ya.

- Muy tarde. – murmuró Ben. – Han vuelto a entrar a la habitación.

Gabi se acercó a mí, al igual que los demás lo hacían lentamente y finalmente logramos hacer un círculo en donde todos podíamos vernos las caras.

- Hay que hacer un plan. – dijo Gabi, cruzándose de hombros. Si no fuese tan parecida a Garnet, apostaría que es solo coincidencia.

- ¿Otro plan? – preguntó Rubén. – Noooo. – gruñó.

- Hay que hacer un plan. – sentencia Ben. – Simplemente esperemos que Edward y Edgar salgan, buscamos el control en la habitación y listo.

- Eso sería tonto. – niega Joiseph. – Lo más seguro es que cargue el control encima de él. No lo dejaré en cualquier sitio a la espera que cualquiera lo agarre y vaya en su contra.

- Tal vez lo lleve dentro de su bolsillo. – dice Gabi mirando por el agujero de la puerta. – Solo digo. Es que le veo un bulto en su bolsillo. Hablando de eso, tiene un lindo trasero, ¿saben?

- ¡Gabi! – riñó Maldito Celoso, alías Ben. Gabi se separó de golpe de la puerta y sus mejillas se sonrojaron rápidamente. – Las hormonas te cargan loca.

- Lo siento. – susurró Gabi, yo me acerqué a ella a abrazarla.

- Déjala en paz, idiota. – le defiendo.

- Lo dijo la reina del control, ¿no? – ironizó Ben.

- Es suficiente, Rubén Kitane. – espeto hecha una furia ya.

- Bueno, bueno. – murmura una voz y siento mi sangre helarse. – Dejen de pelear niños. O no habrá postre.

Gabi y yo nos volteamos de golpe y las dos personas más despreciables que puede haber en el mundo, mejor dicho en el universo, están detrás de nosotros. Ha, diría yo, unos dos metros de nosotras, con los brazos cruzados sobre sus pechos y una sonrisa de oreja a oreja, menos la de Edgar, la de él parece ser asfixiada o falsa o no sé, alguna extraña combinación de las dos. Cuando Ben y Rubén se acercan a nosotras para protegernos, Edward levanta la mano en forma de rendición.