Capitulo 21

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Sopphie me mira, perpleja, con la boca abierta y una ceja alzada, sin aliento. Mira mis ojos como si no entendiese qué le estoy preguntando, como si no lograra procesar la pregunta, pero luego se endereza y se parte en carcajadas. Me alejo,
instintivamente, algo confundido. Sopphie se dobla y se agarra el estómago, pero logra controlarse y secar los lagrimales de sus ojos. Luego cuando me mira, se muerde el labio.

- Qué suerte que no te dejé elegir a donde querías ir. – murmuró señalándome con su dedo. Luego se acerca al panel y termina de teclear la contraseña. Me acerco a ella y la obligo a voltearse, para que me mire.

- No entiendo. – murmuro - ¿Por qué no querrías vivir aquí? Mira, todos son felices, viven con una sonrisa de oreja a oreja. No lo comprendo, es tu creación, ¿por qué no querrías vivir en tu propia creación?

- Porque no lo es. – dice nuevamente seria. – Esto no lo creé yo, esto lo crearon las Diamantes cuando aún estaban al mando, fuimos nosotros cuando llegamos que lo volvimos
más cotidiano, lo hicimos más moderno y urbano. Pero las
personas que viven aquí son miserables, Rubén.

Se da la vuelta otra vez y se acerca a la manilla, para abrir la puerta, pero nuevamente la freno.

- ¿Miserable? – pregunto – Pero si tú coordinas esto.

- Lo hago. – murmura – Pero que lo coordine yo, no signifique que sea perfecto. Las personas aquí son felices porque en la comida que nosotros les repartimos hay un tónico, por así
decirlo, que estimula un par de glándulas en su cerebro que
hace que ellos estén en la obligación de ser felices, de poder vivir sin preocupaciones, de seguir las reglas que las gemas que los cuidan les dicten y de querer ser todos iguales, así es como una sociedad se mantiene segura, todos iguales. – gira los ojos, como si estuviese recordando a alguien decirle eso – Pero son miserables por eso mismo, porque no pueden ser ellos mismos y tienen que vivir según se los dicten. Nadie
quiere vivir así. – murmura mientras me fulmina con la mirada. – Y ahí viene la trampa. Cuando un lote llega de la Tierra, lo primero que se les ofrece es comida y un lugar donde dormir por separado, en la comida que se les da va ese tónico, antes
del juicio se les pide a uno de ellos seguir la regla de querer venir acá, y cuando lo elige, los demás lo siguen. Si te hubiese dejado decidir, hubieses querido hacer lo mismo que
Ginebra y Andrew, por eso no quiero que los veas. Si lo haces, te lavaran el cerebro para que quieras vivir con y como ellos, si alguna cámara te graba diciendo eso, hayas hecho lo que hayas hecho, te lo permitirán. No sabes la gravedad de este asunto.

- Ahora lo veo. – murmuro, aun intentando procesar todo, pero mi cabeza solo repite: tónico, regla, miserables.

- Por eso es que nadie habla de la Tierra aquí. – susurra.

- ¿A Andrew le hicieron eso que dices? – pregunto – Lo de obligarlo a elegir venir acá, me refiero.

- Sí. – murmura cabizbaja, obviamente avergonzada. – Él fue lo
bastante inteligente como para ver que mentía respecto a que solo olvidarían a las gemas, cuando le fui a ver le pregunté qué quería hacer, él me dijo que quería quedarse afuera, de inmediato se me obligó a obligarlo a él a querer venir acá, pero no pude hacerlo; me dieron una buena riña por eso. Perla fue quien lo hizo y no pude verlos nunca más en la cara.
Por eso fue que Perla fue a visitarlos a Ginebra y a ti después, yo no.

- ¿Quiénes te obligan a hacer eso?

- Garnet, Steven, algunas alianzas. – murmura, con una sonrisa torcida. – Vámonos, tenemos que irnos de aquí.

Toma mi mano y me lleva junto a ella hacia afuera, abre la puerta y juntos salimos, pero quedo extrañado al ver que todo el pasillo está desierto, al igual que todos los que le siguen.
Sopphie miró hacia los lados, extrañada, su mano me apretó
con más fuerza, mientras tragaba en grueso.

Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora