Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]

Capítulo 9

Sopphie descansa en la gran cama de su habitación de la nave. Sus ojos están cerrados, su rostro pálido, sus labios rosados entreabiertos y sus pestañas rozando sus pómulos, relajados y dormidos. Yo en cambio estoy más despierto que nunca: tengo miedo que si me duermo, despierte y Sopphie ya no va a estar ahí.

Cuando, con un sobresalto, Sopphie despierta. Sus ojos estaban rojos. Ella al verme, me sonríe y me pasa la mano por el cabello.

- La metanfetamina te hizo un fuerte efecto, ¿eh? – digo acariciando su mejilla.

Apenas les di las pastillas que me traje desde la Base, cayó de inmediato en un sueño pesado: no se despertó en ningún momento ni siquiera por el ruido del despegue.

- Tal vez. – susurra. – ¿Has dormido?

- Un poco. – digo riendo. – ¿Cómo dormiría con estas ansias que tengo de volverlos a ver a todos?

- Oye, sabes que este viaje dura 24 horas, ¿verdad? – pregunta, conteniendo las ganas de reír.

- No, la verdad no lo sabía.

- Comúnmente el viaje duraría solo unas 5 horas aproximadamente, pero como hay más personas a bordo, la velocidad debe disminuir para mantener la mayor cantidad de oxigeno suficiente para todos. – me explica, y parece toda una experta.

- Vaya. – murmuro – Estoy ante toda una experta.

- Ni tanto así. – dice mientras se remueve encima de mi brazo. – Rubén sabe mucho más que yo.

- Yo creo que tú sabes más. – me inclino y rozo sus labios, están fríos. Sus labios tiemblan. Soplo levemente y un escalofrío le invade todo el cuerpo. – Aún sigues teniendo aún tus puntos débiles, ¿eh?

- Sigo siendo débil a ti – susurra cerca de mis labios.

- Así me gusta más – digo y estampo mis labios a los de ella.

Sus labios ahora están tibios. Sus manos se van hasta mi cabello y se pone a jugar con él, mientras mis manos acarician sus mejillas, bajan por su cuello, por su pecho y por su cintura. Cambio rápidamente de posición y termino encima de ella. Ella se separa para recuperar el aliento y yo hago el mismo recorrido de mis manos con mis labios. Mejillas, cuello y luego subo hasta sus oídos.

- No sabes cuánto extrañaba esto – susurro en su oído y luego soplo al igual que hice con sus labios. Y Sopphie también vuelve a temblar.

Bajo nuevamente y estoy otra vez a la altura de su boca. Sus ojos me miran, dilatados y excitados, y su boca entreabierta, jadeante, para recibirme una vez más. Pero envés de eso le dejo un beso en la frente y después uno en su nariz pequeña.

- Aún tienes que descansar. – susurro – Y aclararme muchas cosas.

- Tú también me tienes que aclarar unas cuantas. – dice con una sonrisa.

- Bien. Turnémonos. – propongo con una sonrisa. Vuelvo a rodar sobre la cama y termino a su lado, como había estado antes de mi arrebato. – Si quieres empiezas tú.

- Bien. – dice y se voltea a mirarme. – ¿Has estado con alguien más durante todo este tiempo?

Y no aguanté. Carcajadas sonoras salieron desde el fondo de mi garganta, de tanto reírme mis mejillas y estómago comenzaron a doler al mismo tiempo, lo que me obligó a doblarme en dos. Intenté calmarme, para responder a Sopphie, pero apenas le vi con las mejillas rojas e intentando ignorar mi mirada la risa desapareció y el sentimiento fue reemplazado con ternura. Acaricié su mejilla y sus ojos se encontraron con los míos.