Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]

Capitulo 39

RUBÉN POV'S

- ¿Cuánto tiempo falta? – pregunta Gabi tumbada desde uno de los sofás, quien juguetea con lo que parece ser un arma o desfibrilador nuevo, ya que, desde que llegué, esa no la he visto ser portada por alguna gema en todas las sedes o el planeta.

- Sabes que intentamos dividir el tiempo lo más que podemos. – responde Garnet, parece irritada, después de todo no es la primera vez que Gabi pregunta.

- Faltan aproximadamente unas doce horas para salir del Sistema Solar. – dice Earle. – Después de eso, serían unas diez más para llegar a Gomorra.

- No puede ser. – se quejó Gabi. – Mejor me iré a dormir con las gemelas. Tal vez logré hibernar y despertar cuando todo esto se haya acabado…

Veo a Garnet darle una mirada a Earle, quien está al lado suyo de copiloto, mientras este simplemente se encoge de hombros, queriéndole decir que Gabi siempre se ha comportado así, creo yo.

Ben, Vonnie y Chris van hablando de no-sé-qué, haciendo señas y de vez en cuando bajando innecesariamente la voz, lo que me hace pensar que están chismeando de nosotros, tal
vez, o simplemente están hablando de alguna estrategia para matarnos a todos y poder quedarse ellos con todas las riquezas. Aunque hay más probabilidades de la primera, creo yo. A veces mi mente crea cosas raras y creativas cuando estoy muy aburrido.

Amyra va al lado de Earle, ayudando también a Garnet a manejar esta nave. Según entiendo, mientras más rápido tenga que ir la nave, se supone que es más difícil de manejar ya que una sola persona no puede estar al pendiente de tantas cosas a la vez, como lo son: los meteoritos, el camino
hacia donde van y si se llega a recalentar la nave. Lo cual creo que fue lo que pasó en la Tierra, que provocó que Ben y Sopphie se estrellaran. La velocidad y la falta de personas que pudiesen manejar la nave.

Mientras yo, pues, simplemente me quedo sentado en un rincón solo, bueno, no en un rincón, sino más bien frente a una mesa que está frente a una ventana que da al espacio
exterior, el cual no logro diferenciar bien debido a la velocidad a la que vamos, por lo que decido desconcentrar mi visión de eso si no quiero terminar vomitando.

En mis manos tengo el comunicador que le di a Sopphie, ahora recordando su rostro triste y desanimado de cuando me fui me hace pensar que debí quedarme en la sede y hacerle
compañía. No debí abandonarla. Tal vez deba llamarle.

- ¿La llamarás? – pregunta alguien arrastrando una silla para después dejarla a mi lado y sentar en ella.

Joiseph. Me faltaba él. Creo que estaba durmiendo.

- Quiero hacerlo, pero presiento que debe estar durmiendo o haciendo algo importante. – murmuro, sin quitar la mirada del comunicador. Después de la última charla con Joiseph, sinceramente no me apetece que me siga echando en cara lo que logró y no logró hacer con Sopphie, mi esposa, mientras yo estaba en la Tierra.

- Bueno, si te pones a pensar, ya Sopphie no puede hacer muchas cosas importantes. – responde Joiseph encogiéndose de hombros. – No desde que la sede fue destruida casi por
completo.

- Todo lo que ella haga o no es importante para mí. – murmuré– Si ella está haciendo algo que necesita su concentración y no me responde comenzaré a pensar que está en peligro y resentiré haber venido. – le confieso, aunque la verdad no sé por qué lo hice.

- Yo siendo tú me hubiese quedado, para serte franco. – y por primera vez, ha captado mi atención, aunque la de mi puño también. Aunque estoy muy desanimado como para empezar una pelea ahora. – Sopphie necesita cuidados especiales, no así como si fuese enferma, sino más bien algo así como cariño y atención, y sinceramente creo que, si yo pudiese volver a sentir lo que sentí cuando dejé de estar corrupto, desearía haber tenido a alguien especial a mi lado para poder gozar juntos toda la belleza que me había perdido. – veo que mira de reojo a alguien detrás de él. Vonnie. Vaya, ¿aún está resentido? – Me refiero a que, Sopphie te quiere mucho. Logró corromperse porque te habías ido, no logro imaginar el
amor que debió y debe sentir por ti como para, en primer lugar, corromperse y después perdonarte.