Revolution - Descendientes de Steven Universe #3 [Terminada]

Capitulo 31

Camino por los pasillos de mi sede, aún no se ha terminado
de reconstruir, aún el suelo está ahuecado en algunas partes,
rotas en otras y sin luces en otras, las paredes rotas y las
puertas forzadas. Tuvimos que venirnos de la sede Rosa
porque si no Garnet sospecharía algo acerca de nuestro plan,
pero aún algo dentro de mí me dice que Garnet sabrá, se dará
cuenta que su plan suena mucho a mí, pero simplemente no
puedo hacer mucho, solo rogar que todo salga bien y no se dé
cuenta de nada.

Aún recuerdo como fue todo: llegar aquí, descubrir todo, saber
toda la verdad, encontrarme con Ben y recibir la noticia de que
sería una de las líderes, todas estas paredes eran diferente y
no estaban rotas, por lo menos, pero después de eso, sigo
viendo las paredes igual de anticuadas que siempre.

FLASHBACK

Iba caminando por estos mismos pasillos, la sala común
abarrotada de gemas queriendo ver quien llegó en la nave
oficial de Diamante Blanco, todas murmuraban y se
cuchicheaban, pero todo paró cuando yo me bajé de ella, con
tan solo un pijama de ositos rosas y una manta encima de mis
hombros para el frío. Detrás de mí Joiseph colocó una mano
en mi hombro para animarme, junto con una sonrisa de oreja
a oreja, aún seguía feliz de que él haya cambiado de opinión
acerca de suicidarse.

Al reaccionar todas las gemas comenzaron a acercarse a mí,
haciendo preguntas y diciendo cosas que no entendía. Todas
las voces me alteraban, no comprenderlas y el no saber qué
decían me volvía loca, por lo que retrocedí, pero Chris fue
rápido y se me adelantó. Todas las gemas quedaron
pasmadas al reconocer que era una gema con físico de
humano.

- Por favor, despejen el área. – pedía Chris mientras pasaba
por en medio de ellas. – Les voy a pedir a todas que
abandonen toda esta área, por favor.

Poco a poco, mientras Chris le seguí pidiendo lo mismo, las
gemas comenzaron a dispersarse dándome una mirada de
recelo, como si quisieran correr hacia a mí, y yo no entendía
el porqué.

Joiseph tomó mi mano, sus dedos estaban fríos, o tal vez eran
los míos, pero su tacto no duró mucho, solo lo hizo para
darme un apretón y luego la dejó caer.

Chris nos hizo señas de que avanzáramos, aprovechando que
ninguna otra gema se nos acercaba, por lo que comenzamos
a caminar mientras Christopher nos decía que esta era la
sede Blanca, esta era la sala común, a mi derecha había tal
cosa y a mi izquierda esto otro, pero no presté mucha
atención, más cuando me di cuenta que en las paredes podía ver mi reflejo.

Grandes ojeras, cabello que supuestamente era rubio platino
pero ahora se veía apagado y opaco, mi piel más pálida de lo
normal, y mi cuerpo más delgado de lo que me gustaría
admitir. No recordaba la última vez que había comido una
comida contundente, cuando había sido la última vez que
había tomado una siesta sin pesadillas, cuando había sido la
última vez que me había duchado.

Ese pensamiento me descoló. Debía apestar.

Lo que veía en estas paredes completamente blancas como
para poderlas usar como espejo, no demostraban la
verdadera yo, la verdadera yo hubiese estado radiante, la
verdadera yo anduviese bien vestida, más alegre y con todos
mis hijos jugando de aquí allá, pero en estos momentos ni siquiera sabía dónde ellos se encontraban. Si apenas sabía
dónde yo estaba.

Me enderecé. Decidí que iba a cambiar, que volvería a ser la
misma yo y que pondría más al consciente de las cosas. Pero
el solo hecho de recordar que no tenía a esa persona que me
apoyaba me colocaba el mismo peso en la espalda una vez
más, que me obligaba a encorvarme, a verme horrenda y a no
comer ni dormir bien.