18.- LAS NUEVAS SENSACIONES

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Joel haciendo un gran esfuerzo por la fuerte erección, pero le da la mano a Lisa y la acompaña al salón y le ayuda a sentarse, se levanta y cuando ella ve que se va le tira de la mano para que no se vaya, Joel no entiende esa repentina dependencia de él.

-Lisa cariño, ¿se puede saber que ha pasado? - le dice en voz algo baja y usando ese apelativo cariñoso para que se relaje un poco y le cuente que paso y porque esta así.

-Él me besó, me apretó y yo.... yo no podía.... no podía soltarme, él me.... me obligo a.... - le dijo Lisa sin poder terminar ninguna frase completa.

-Cariño cuando dices que él te forzó te refieres a José o a Pietro - le dijo para saber de quién hablaba.

-Fue... fue él, me pidió hablar a solas, yo... yo tropecé y... y el me cogió, estaba borracho y.... y me besó. - le dijo medio sollozando y sin poder hablar de forma seguida.

- Ese médico te beso a la fuerza - le dijo Joel cada vez más cabreado por lo que podía entender ese cabrón había hecho lo mismo por lo que ella había huido.

Por favor Lisa quiero que te quedes aquí sentada, voy un momento al baño tardare unos 5 minutos en volver aquí contigo. - le dijo lo más amable posible, necesitaba con urgencia una ducha fría o si no ella acabaría por darse cuenta de lo excitado que estaba y puede que se asustara al pensar que también podría intentarlo, pero él jamás intentaría nada.

Ella accedió soltándole la mano y este se fue a su habitación cogió ropa interior limpia y algo de ropa de sport, en cuanto saliera de la ducha iba a ir a casa de ese cabrón y darle su merecido por haber asustado y forzado a su querida Lisa.

Entro en el baño se despojo de toda la ropa y al bajarse los bóxer sintió un gran alivio ya que su erección era mas que evidente, se metió bajo el chorro de agua para relajar la tensión de los músculos que tenia acumulada de todo el día y ahora del imbécil ese que también la había intentado besar, acciono mas el agua fría ya que necesitaba enfriarse y relajarse para luego volver al comedor donde le estaba esperando Lisa, encima ella no podía volver a ponerse su ropa ya que estaba mojada por la lluvia, por eso ella llevaba puesto su camiseta de pijama y se le veían una largas y torneadas piernas que le hacían perder la cabeza en más de una ocasión, pero no pensaba dejar sola otra vez y si fuera por él no saldría nunca más de su casa.

Salió del baño con unos pantalones de chándal puestos y se acerca al armario para coger una camiseta ajustada se acerca donde está Lisa y ella al verlo sin camiseta se sonroja, este al verla toda roja se pone la camiseta para no incomodarla más y se sienta a su lado para poder hablar con ella ahora que ya se sentía más relajado.

Lisa algo avergonzada no sabe por qué siente ese nerviosismo cuando lo tiene cerca y lo mira disimuladamente levantando un poco la vista y ve esos ojos azules, tan azules como el cielo, sin querer empieza a pensar en como sería besar esos labios tan carnosos, rozar con sus manos y sus labios ese rostro tan hermoso al que considera de una belleza inigualable, recuerda el beso que le dio el otro día y lo se sintió tan... tan dulce, se sintió tan bien que no quería separarse nunca, tan metida en su mundo soñando con él que ni cuenta se dio que Joel le estaba hablando.

- ¿Lisa me escuchas? ¿Te encuentras bien?

Lisa al darse cuenta que esta perdida en su mundo y para que no se diera cuenta que estaba soñando despierta pero con él y fingiendo un pequeño bostezo le miente alegando que esta algo cansada.

- Perdona Joel, es que me quede tan relajada que me estaba entrando un poco de sueño, la verdad es que estoy algo cansada.

- Cariño perdóname, que descortesía de mi parte no ofrecerte nada para comer ni beber, ¿puedo prepárate alguna cosa ahora mismo si quieres?

EL SECRETO DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora