Solo había pasado un día desde que vio a Vanessa en hospital pero Jaime no podía quitarse de la cabeza no dejaba de pensar en la guapa doctora, en esas curvas que se podían apreciar a través de su bata y como tuvo que contenerse para no besarla allí mismo cuando de camino a su casa la vio vestida informal con esos tejanos que marcaban aun mas su figura, Dios quería volver a verla pero no sabía cómo, entonces de pronto al mover instintivamente el brazo recordó que tenía la excusa perfecta para poder volver a ir al hospital, y con una sonrisa que doblaría las piernas de cualquier mujer, iría a verla con un supuesto dolor, los puntos eran la excusa perfecta aunque sólo sea una mentira piadosa dado que en realidad no le duelen, pero tenía una enorme necesidad de verla otra vez, así que cogió el teléfono y llamó a un taxi ya que no podía conducir dado que tiene el brazo vendado y en cabestrillo.
Mientras espera que llegue aprovecha para vestirse, poniéndose una camisa ya que le resulta más cómoda de poner por culpa del brazo.
Cuando llega al hospital se acerca al mostrador de información a preguntar por ella pero le dicen que esta ocupada si quiere lo puede atender otro médico pero el prefiere esperarla a ella ya que ha ido expresamente solo a verla.
- Buenos días ¿podría ver a la doctora Ortiz?
- Buenos días señor......
- Soy el agente Jaime Cortés estuve ayer aquí - le dice sin especificar mucho.
- Lo siento agente, la doctora Ortiz ahora mismo se encuentra en el quirófano si lo desea puede esperarla en la sala y cuando ella termine le aviso agente.
- Bien muchas gracias señorita, estaré en la sala esperando.
Pasan las horas y parece que nunca vaya a salir de quirófano, cansado de esperar se acerca a una de las máquinas y se sirve un café, es tan malo como los de la comisaría piensa mientras vuelve a la sala, a los poco minutos la ve llegar al mostrador donde había estado el antes vestida todavía con su ropa de quirófano y tan hermosa que no puede quitarle los ojos de encima.
La enfermera del mostrador le indica que un agente quiere verla y que la esta esperando en la sala, entonces Vanesa levanta la vista y lo ve allí de pie con el brazo en cabestrillo mirándola fijamente.
Vanessa se queda parada ya que no lo puede creer que Jaime esté allí justo delante de ella, esa mirada y esa sonrisa suya que le hace temblar las piernas, Dios mío pero que guapo va pensando mientras se acerca hacia él, Jaime que estaba de pie se acerca también hacia ella y se encuentra a mitad de pasillo.
- Buenos días doctora
- Buenos días agente Cortes, ¿a que se debe su visita? - le pregunta algo curiosa, ya que por trabajo no es debido a que esta de baja por su herida.
- Vera he venido para que me revisé la herida porque me molesta mucho y me duele el brazo cuando intento moverlo un poco.
- No debería moverlo, pero aun así la herida no debería molestarle ni dolerle mucho, pasemos a mi consulta y allí lo podré examinar mejor.
Jaime acompaña a Vanesa a su consulta y cuando están dentro cierra la puerta y le pide a Jaime que se quite la camisa y se siente en la camilla, que enseguida va para examinar esa herida.
Jaime hace lo que ella le dice y se desprende de su camisa dejándola en la silla antes de sentarse en la camilla como le había pedido.
Vanessa coge su bata se la coloca encima de la ropa que lleva de quirófano e intenta relajarse un poco porque este hombre la pone muy nerviosa, suspira coge aire y se adecenta la bata para acercarse a la camilla.
Todo el aire que había cogido segundos antes parece haber desaparecido de golpe al verlo allí sentado con el torso desnudo y un pequeño rubor sube por su mejillas, para no ponerse más nerviosa todavía decide aparta la vista y centrarse en algún otro punto de la habitación.
- Bien vamos a ver esa herida - le dice mientras se pone los guantes y le quita el cabestrillo para bajar el brazo y así poder examinar mejor la herida.
Jaime se queja un poco al bajar el brazo pero disimula inhalando fuertemente y el olor que entra por sus fosas nasales es el perfume a vainilla que usa la doctora, la tiene tan cerca suyo que no puede evitar removerse en la camilla y con todo el disimulo que es posible con la mano libre intenta recolocar la erección para que no note lo excitado que esta al tenerla tan cerca, pero Vanessa que se ha dado cuenta sonríe para si misma pensado que ella esta igual de excitada que él pero por suerte a las mujeres no se les nota, mientras termina de quitar el vendaje del brazo, entonces gira la cabeza quedando sus labios cerca uno del otro y su respiraciones se entremezclan entre si, Jaime que no aguanta ya mas la agarra por la nuca y la besa con desesperación tal y como quiso hacer el otro día en el coche, sus bocas se entrelazan y sus lenguas juguetean una con la otra en un beso desesperado por parte de los dos, la aprieta contra el y entrelazan sus dedos en el cabello de ella, Vanesa alza los brazos y lo abraza por detrás del cuello, agarra su cabello tirando de el para acercarlo más todavía, y el sin detenerse un segundo la alza como puede y ella por instinto rodea su cintura con sus piernas quedando tumbados uno encima del otro en la camilla, él usando su brazo bueno desciende su mano entre las ropas de ella y separa a un lado la lencería para introducir un dedo haciéndole círculos en su clítoris, ella jadea al notar los dedos de él dentro de su intimidad y no puede evitar gemir de placer, Jaime al oírla se excita más todavía y le incita a darle más quiere oír sus gemidos, la besa una y otra vez mientras va acelerando el ritmo de sus dedos en su interior cuando nota como ella se tensa, sabe que esta a punto de correrse y le susurra al oído - vamos preciosa correté para mi, ella al oír esa susurrante voz se deja llevar y con un grito que él mismo calla con su boca acaba corriéndose. Pasados unos segundos ella se deshace de sus brazos algo temblorosa todavía pero relajada, intenta recuperar la normalidad de su respiración al igual que él y es entonces cuando se da cuenta de lo que acaba de suceder entro ellos dos, hay Dios pero que hemos hecho, eres mi paciente, esto no es correcto no está bien se quita los guantes y camina de un lado para otro nerviosa sin parar ni reparar en nada hasta que Jaime la agarra de la mano y tira de ella, la abraza pero ella intenta zafarse cuando sin querer le da en el brazo herido que tiene al descubierto, el se queja un poco pero aun así no la suelta y le pide que se tranquilice, cariño no pasa nada, nadie nos ha oído nunca permitiría exponerte de esa manera y mucho menos en tu lugar de trabajo, por favor cena conmigo y hablemos tranquilamente sobre lo que ha pasado hoy.
- Esto yo... yo no se... yo he hecho nunca nada parecido, tú... tú me nublas la mente, no... no se que me pasa contigo.
- Esta bien, no pasa nada, a que hora terminas hoy, vamos a cenar donde tú quiera y hablamos, me gustas y quiero conocerte Vanesa - le dice dejándola de piedra al escuchar tales afirmaciones.
- Vale tú ganas, nos vemos luego pero no se a que hora plegaré estoy en urgencias - le dice Vanesa intentando calmarse un poco.
- No hay problema, toma mi tarjeta con mi número de teléfono y me llamas cuándo salgas y aquí estaré - le dice dejándole su tarjeta en la mesa.
Entonces se da cuenta que Jaime tiene el vendaje quitado y necesita que se lo vuelvan a poner ya que no es necesario revisar la herida porque esta perfectamente bien, pero ahora mismo ella se siente demasiado nerviosa como para acercarse de nuevo a él así decide llamar a una enfermera para que le vende de nuevo el brazo, todavía esta sensible y su proximidad podría ser mortal para dejarse llevar de nuevo.
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EL SECRETO DE MI VIDA
Mistério / SuspenseLisa es una chica de 17 años que sufre abusos pero tras la muerte de toda su familia su vida pegará un giro radical, con la ayuda del médico y de una persona de la que pensaba no podía confiar y que resulta que se convertirá en su ángel de la guarda...