Paso frente a un hotel y tomo la decisión de quedarme un rato bebiendo, sospecho que Evan aparecerá en mi casa y no quiero lidiar con él, por lo que entro y alquilo una habitación.
Después de hacer todo el papeleo, me dirijo al bar a beber lo suficiente para adormecerme.
Afortunadamente, es un hotel de lujo y el bar está casi vacío, apenas hay algún que otro hombre de negocios y alguna prostituta de lujo.
Me siento en la barra y ordeno un Cosmopolitan. Lo tomo con bastante prisa y le pongo atención a un saxofonista que ameniza la noche del bar.
-Buenas noches... o debo decir ¿terribles?-. Me interrumpe una voz ronca a mi lado. Me giro con la intención de hacer saber al hombre que no me interesa compañía, cuando poso la mirada en una torso ancho y musculoso, no lo digo porque me estoy fijando, es porque lleva una camiseta apretada que no deja nada a la imaginación.
-He tenido mejores-. Le digo desviando la mirada a mi trago.
-Tobías-me dice ofreciéndome su mano- Abandonado en el altar hace un año y celebrando la boda de mi ex prometida con mi mejor amigo.
Wow, este chico me hacia sentir un poco afortunada.
-Amanda,-Digo usando el nombre que uso cuando busco hombres al azar.- víctima de un acosador, primo del amor de mi vida, el cual está felizmente casado...y OH. Olvide decir que este acosador, me atormenta porque está enamorado de la esposa del amor de mi vida.
Tobías alza las cejas divertido y sube su vaso para brindar conmigo.
-Bueno, llamémoslo un empate si te parece-.
Su comentario me hace reír, por lo que levanto mi vaso para brindar con él por nuestras desgraciadas vidas. Puedo ver como me observa, de los pies a la cabeza, haciendo una larga parada en mis pechos, puedo notar la lujuria en su mirada y esa sensación de sentirme deseada, de sentirme importante, ese escalofrío sube por mi espalda y decido que quiero sentirme especial y querida, aunque Evan no me vea, aunque esté sucia, aunque me merezca sufrir, quiero que este hombre piense que soy alguien diferente, quiero que me venere, que me desee, pero sobre todo quiero tener el control. Normalmente, consigo tener el control en casi todas los encuentros que tengo, yo decido, yo elijo y yo termino el juego cuando así lo quiero, aunque en ningún momento lo disfruto, por lo menos siento que me desean.
No puedo negar que hay días, en los que no tengo tanta suerte o en los que decido que merezco castigarme y dejo que ellos hagan lo que quieran conmigo. Pero hoy no es el caso, hoy quiero sentirme en control de algo en mi vida y Tobías parece el candidato perfecto.
-Bien Tobías- le digo provocándolo con la mirada.-Tenemos dos opciones para esta noche.-
-¿Ah si?.
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Todo lo que pudo ser
RomanceA los ojos del mundo, soy una chica despreocupada, que no tienen solución. Me acuesto con con quien quiero y nunca repito, no tengo relaciones y poca gente entra en mi vida privada. No se porque vivo en un proceso de autodestrucción, algunos me tach...