Capitulo 8

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Los días que siguen me hacen sentir como una inválida. Evan no ha dado señales de vida, lo cual, no se si agradezco, pero Samuel está tan pendiente de mi que quiero gritar y salir corriendo.

Ha tratado de convencerme en varias ocasiones en que reciba terapia, yo le he explicado la misma cantidad de veces que ya lo ha hecho y que no me ha ayudado.

También tiene la loca idea de que practique el celibato por un tiempo, ahi, justo ahi, pongo un barrera y le hago saber que lo que me pasó hace años es algo que me deformó de alguna manera, pero que mi vida privada sigue siendo mía y que si me quiere ayudar, no va a ser diciendome que hacer y cómo hacerlo.

Solo necesito que esté ahí para mí y respete mis decisiones. Por supuesto, el me hace saber lo egoísta e inmadura que es mi decisión, pero al final acordamos en no estar de acuerdo. Estoy acostumbrada a este tipo de negociación, lo hago de manera cíclica con Ela, que no puede lidiar con mi estilo de vida. Pero ella, ya sabe de sobra que no voy a cambiar nada a no ser que esté convencida de ello y no forzada.

Samuel, también trató de sacarme la información del chico, pero no tengo mucho que darle, solo un apodo y un apellido, porque no lo llamaban por su nombre, nada más. Se lo doy, porque sé que es imposible que lo encuentre y eso le da más paz. Por lo menos piensa que hará algo por vengar lo que me hizo y se que mi hermano necesita eso.

Tuvimos largas conversaciones, donde miles de cosas le hacen sentido y como mi cambio de actitud no se debia a Evan y si ruptura, si no el trauma de ser violada y estar sin el amor de vida.

Amor de mi vida... es triste saber que ya lo conocí y que no será mío nunca más, pero es así... las cosas malas, solo pasan, no hay más explicaciones para eso. Por lo que una vez más, trato de lidiar con la marcha de Evan. Se que enterarse de lo que paso fue demasiado para él y que no quiere lidiar con eso, lo entiendo... no lo perdonó... pero lo entiendo.

He decidido adelantar mi viaje para adquirir nueva mercadería, Samuel se ha ofrecido a acompañarme aunque lo ha tratado de convencer infinidad de veces que no necesito guardaespaldas, pero se que para que la idea de que no estoy en constante peligro se asiente en su cabeza, necesita más tiempo. Justo cuando voy a llamara para hacer las citas pertinentes, suena mi teléfono y para mi sorpresa, es Nicolás.

-Cassia... mira, no se si deba llamarte por esto, se que es una situación extraña pero es acerca de Evan...-

La habitación se enfría de inmediato y mi corazón se acelera, algo malo está sucediendo, Nicolás no estaría llamándome si no fuera así.

-¿Que le pasa a Evan?

-Es... -veo que está buscando las palabras correctas por lo que la ansiedad me empieza a ahogar.-el ha estado actuando errático, no se concentra, ha estado...

-Nicolás ¿puedes por favor decir las cosas directas?- le digo molesta

-Está bien- dice como si hubiera decido ser honesto de una vez por todas-no hay otra manera de ponerlo. El ha estado extraño desde hace cuatro días, no deja de hablar de ti y como lo estropeó todo y como es su culpa que cosas horribles te pasaran. Ha estado bebiendo bastante y claro, eso lo notan todos, por lo que hablé con el director para que le diera un poco de tiempo libre para que lidiara con sus problemas personales... pero fue peor, está encerrado desde hace 2 días en su camerino, no ha salido y ahora está derrumbando el lugar y gritando tu nombre... por lo que pensé que si nadie lo puede sacar tal vez tu lo logres...

No oigo mucho más, cuando quiero darme cuenta, estoy corriendo con todo lo que dan mis piernas hacia el teatro de Evan.

No se me hace dificil encontrarlo, porque Nicolás, me espera en el callejón de al lado, donde una entrada trasera se encuentra.

Todo lo que pudo serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora