Todo lo que pudo ser

Capítulo 16

Al día siguiente, decido ser honesta con mi mejor amiga, Ela me observa como si hubiera robado un banco a mano armada. Se que lo que estoy haciendo es reprochable, pero ella entre todos, es la que menos me puede juzgar.

-Cassia...-

-Ela, porfavor, no me digas nada si vas a criticarme. Te lo cuento, porque eres mi amiga, mi hermana, y no quiero que hayan secretos entre nosotras. Pero no me interesa si piensa que estoy haciendo algo inmoral o equivocado. La vida es así,¿sabes? Nos amamos, siempre lo hicimos, desde que nos conocimos, así que tenemos derecho a ser felices.

-Bien, ¿quieres ser feliz? Adelante, ¿pero no puedes ser feliz con el divorciado o separado? ¿En serio quieres ser la amante?

-No soy su amante- protesto ofendida. -el sólo le está dando un tiempo para asimilar la vida sin él.

-Cassia, no seas esa mujer.

-¡No lo soy! Realmente Ela, el me ama y solo necesita un tiempo para que Estela pueda llevar la vida con Leo por si sola.

-Bien- dice levantando las manos en señal de derrota. - como quieras, no pienso decirtelo más.

Ojala y me equivoque, nada me haría más feliz. Pero si por algún motivo, las cosas no salen como esperas... yo estoy aqui, son reclamos ni juicios ¿De acuerdo? Me puedes contar todo, no necesitas ocultarme si algo va mal.

-Gracias, significa mucho para mi.

Ela me abraza sin aviso, la quiero, pero su abrazo me preocupa, sé que está segura que Evan nunca romperá su matrimonio, pero me hago la promesa formal de no dejar que nadie contamine mi relación con Evan Nos lo debemos, si esta determinación la hubiera tenido años atrás, probablemente seríamos felices juntos y nada de lo que pasó habria pasado... pero no puedo vivir en todo lo que pudo ser y no fue... es hora de vivir la vida que me tocó vivir.

Los días pasan rápido junto a Evan, logramos encontrarnos en su camerino, en mi oficina, cuando Estela tiene que salir de la ciudad... para mi asombro, pasamos más tiempo juntos que separados. Me doy cuenta que el y estela no tienen una vida tan en común como me imaginaba, lo que me da cierta paz, no es que dudara de Evan, pero tener la certeza que ellos no están tan unidos, me quita un peso de encima.

Lo que se hace más difícil son sus apariciones públicas. Debo permanecer en casa observando por la tv, como si no existiera en su vida. Es duro, más cuando Estela lo acompaña. Se toman de la mano y caminan por las alfombras de todo el país promocionando el la obra que están montando. La gente ama esa pareja, por lo que trato de no ver las entrevistas donde les preguntan pequeñas cosas de sus convivencia. Ahí es donde cambio el canal y espero a que me envíe algún mensaje tranquilizandome.

Llevo casi un mes sintiéndome cada día más feliz. En el grupo de terapia me siento cada vez más cómoda, a la salida Evan siempre me espera y se queda a dormir en casa. El, es mejor de lo que recordaba, atento, dulce, apasionado y divertido. Hay muchas cosas que dejamos atrás y superamos ahora que nos hemos dado una segunda oportunidad, siento que podemos lograrlo, lo cual me hace sentir eufórica cada vez que lo pienso.

Voy a sentir una gran nostalgi este fin de semana que no estaremos juntos. Debo hacer un viaje para adquirir mis anheladas antigüedades que he dejado de lado por uno u otro motivo.

-Promete que no me dejaras por un coleccionista millonario.

Me reclama Evan besando mi estómago mientras yacemos en la cama de su hotel.

-Voy a tratar- le digo divertida. -pero un octogenario coleccionista es algo a lo que no todos pueden resistirse.

-Bueno, si se te hace difícil, concéntrate en esto- dice depositando otro beso en mi abdomen.-o en esto- dice subiendo hasta mi pechos- o esto- dice ya en mi cuello para terminar en mis labios.