No quiero mirar a mi alrededor, sé que Ela está aquí, porque la vi pasear por la sala, por supuesto me está evitando, no le agrado y me lo hace saber.
No debí aceptar esta obra, no debí aceptar venir a la ciudad donde Cassia vive. Estela me lo preguntó y no tuve el valor de decirle la verdad... ¿como le acepto que durante todos estos años nunca dejé de amar a Cassia?
Pero Estela no es tonta y sabe que hay una posibilidad que mi decisión de aceptar este papel, esta ligado a la posibilidad de volverla a ver. Lo se porque solo cuando nos dijeron que Cassia no vendría, Estela me dijo que se iría a cuidar a Leo.
Yo decidí quedarme, porque no pierdo la esperanza de verla, de hablar con ella y encararla. Tal vez eso es lo que no me deja avanzar, necesito cerrar el círculo y preguntarle por qué hizo lo que hizo.
Trato de disimular y fingir diversión, soy un buen actor y sé que no tendré problema en eso, pero esta tortura es insoportable, ni siquiera he visto a Cassia y ya estoy empezando a sufrir.
Justo cuando decido que la noche ya ha terminado, siento su mirada. Nunca fui un hombre de cursilerías, pero puedo afirmar, sin temor a sonar ridículo, que siento la mirada de Cassia, se que esta aquí, es esta sala. Sin dudar dirijo la mirada hacia ella y ahí es justo cuando me doy cuenta que estos 8 años no sirvieron para nada.
No la he olvidado.
Me acerco a la mesa donde esta sentada viendo hacia el escenario, me siento a su lado y aunque no dudo que nota mi presencia, decido hablarle.
-Pensé que no vendrías-.Le digo.
ella no aparta la vista del escenario, pero la conozco lo suficiente para notar la tensión en sus hombros, Debo aguantar la tentación de tocarla y relajarla, porque no me corresponde hacerlo, ya no nos pertenecemos.
Busco las palabras correctas para reclamarle por todo el daño pero Ela, llega tan oportuna como una pulmonía.
-¡Evan! no sabía que estabas todavía por aquí... que bien.-
Aguanto la sonrisa a pesar de mi fastidio, Ela, no puede disimular, exagera y habla agudo, cuando esta nerviosa.
-Si, decidí quedarme un poco más.- le digo disimulando mi diversión.
-Ah... bien me alegra... yo voy a circular un poco por ahí- dice mientras toma a una amiga y la aleja de la mesa.
La observo unos segundo más y veo que no ha cambiado, su cabello es de otro color, se ve más segura y madura, pero es la misma chiquilla de mirada elegante
-Estas igual que siempre-.Le digo sin poderlo evitar, no era eso lo que venía a decirle y me siento impotente porque no puedo hacer nada de lo que planeaba hacer.
-Gracias- me dice sin mirarme.
-No vas a mirarme, ¿tanto me odias?- le digo con sarcasmo. Eso hace que reaccione y me miré con horror, me doy cuenta que nada esta más distante de su corazón, no me odia.
-Nunca te odié, ¿por qué lo haría ahora?-
No se como lidiar con esto, miro al escenario pensando en cómo reaccionar, estaba listo para el desprecio, para el odio para muchas cosas que me había armado en las noches de insomnio, pero no para el dolor de su mirada, el anhelo y la melancolía, que es lo mismo que yo siento, ese anhelo que no me deja seguir adelante.
-¿Entonces...cómo están Estela y tu hijo?- Me dice, esa frase es peor que una patada en el estómago. Me esta haciendo saber que yo tengo una vida y ella no está en esa vida.

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Todo lo que pudo ser
RomanceA los ojos del mundo, soy una chica despreocupada, que no tienen solución. Me acuesto con con quien quiero y nunca repito, no tengo relaciones y poca gente entra en mi vida privada. No se porque vivo en un proceso de autodestrucción, algunos me tach...