Al día siguiente, me encuentro en un mercado de antigüedades a dos horas de mi casa, con Ela vigilándome como un halcón. Le conté todo, menos la parte de que Leo no es hijo de Evan, pero lo irónico de todo, es que lo único que le cuesta creer, es que no me quiero cortar las venas por él.
-Ela- le digo en el millonésimo intento por convencerla.- Me siento mejor que nunca, anoche fue...- no puedo terminar la frase porque magico suena muy cursi y el resto de palabras son muy fuertes para decirlas en voz alta.
-No entiendo por qué sonríes- me dice Ela molesta. -Evan se acostó contigo, dice que sigue con su esposa y que no puede estar a tu lado y tú... ¿sonríes?
-No es así, Evan me ama, tuvimos una noche inolvidable, como un cierre y el no puede abandonar a su familia, lo entiendo... el hecho de saber que me ama es suficiente para hacerme sonreír.
Ela me mira con cara de poker. -Estas loca- decreta antes de meterse a un puesto de sillas de época. Yo la sigo con la misma sonrisa con la que desperté, no me importa, no estoy loca, amo tanto a Evan que lo entiendo, solo necesitaba saber que esta conexión, esta incapacidad de olvidar no era solo de mi parte, ahora que lo sé, lo entiendo, me basta con eso. Además, hizo por mí en una noche lo que no hicieron horas de terapia, me quito un peso en el corazón y me siento liviana y un poquito como la chica de antes.
Después de comprar algunas piezas que nos cautivaron, fuimos a comer y decidimos hablar del tema que estaba presente como un fantasma entre nosotros, Samuel.
-No entiendo como pudiste ocultarmelo- le digo todavía algo molesta-. Eres mi hermana, no nos ocultamos nada.
-Cassia, no te estaba ocultando esto porque no confiaba en ti, lo sabes bien, lo hice porque sabía que intervendrías y no quiero que lo hagas.
-Ela, debo intervenir, Samuel... es mi hermano, lo amo con todo mi corazón y no lo juzgo, nunca, pero básicamente él es como yo, en version hombre... con el detalle de que lo disfruta al máximo y no piensa cambiar su estilo de vida.
-Ah, entonces reconoces que ese estilo de vida no te hace feliz- me dice triunfante mientras me señala con un dedo. Yo, le bajo el dedo acusador molesta.
-No es el tema ahora, pero si, lo reconozco. Aunque no hacia falta que lo hiciera, ya lo sabias. Pero mi punto es que Samuel no va a cambiar, si lleva tanto tiempo contigo en este tipo de... no sé si llamarla relación, entonces te aseguro que no se está comportando como debe.
-Sabes algo-. Me dice Ela sin rastro de duda.
-No-. Digo bajando la mirada, soy pésima mintiendole.- Es sólo que lo conozco bien.
Ela no contesta, pero me mantiene esa mirada de que no acepta más basura.
-Y que vi salir dos mujeres de su cama cuando fui a buscarlo- digo lo más rápido posible, como si se tratara de tirar de un esparadrapo, para no hacer tanto daño.
Ela no dice nada, mira hacia la calle y observa a la gente pasar, después de unos minutos, cuando me empiezo a preguntar si dirá algo, me mira con los ojos llenos de lágrimas, yo tomo la mano que tiene sobre la mesa y hago una pequeña presión, justo esto era lo que quería evitar, Samuel es sufrimiento seguro.
-Esta bien que me lo hayas dicho, es mucho mejor así-. Me dice con voz temblorosa.-No es la primera vez que pasa, ya lo he visto varias veces con otras mujeres, pero cuando estamos juntos es como si de verdad existiera una conexión entre nosotros. Creo que eso lo asusta, por lo que me pone estas absurdas reglas que yo como una tonta cumplo y lo peor, es que no le puedo reclamar nada, el ya me lo dijo desde un principio, así que creo... que no tengo más opción que alejarme de él.
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Todo lo que pudo ser
RomanceA los ojos del mundo, soy una chica despreocupada, que no tienen solución. Me acuesto con con quien quiero y nunca repito, no tengo relaciones y poca gente entra en mi vida privada. No se porque vivo en un proceso de autodestrucción, algunos me tach...