Capítulo 23

73 8 1
                                    


-Esta embarazada- Me dice el doctor viendo el ultrasonido de mi útero.

Yo no contesto, no se que decir, no puede decir nada desde ayer en la noche, que me hice diez pruebas de orina por insistencia de Ela.

A pesar de mi intento por auto engañarme sobre la posibilidad de error en las pruebas, en el fondo, sabía que estaba embarazada. Estaba embarazada de Evan. Iba a ser madre de cuatro niños, en menos de un año, mi vida había cambiado de una manera ilógica y estaba teniendo un ataque de pánico.

-¿Esta bien?¿Necesita levantarse y beber agua?- Me dice el doctor acariciando mi brazo.

Por instinto aparto el brazo, porque desde que enfrenté mi violación, la sensación de asco al ser tocada por un hombre que no conozco, no es algo que busque más. Ahora, no solo tengo el problema de mi bebe, si no que debo encontrar urgente una doctora para ayudarme a tenerlo, porque no creo poder soportar que un hombre me vea, me toque y en fin... no creo que pueda.

Ela está sentada a mi lado y le hace preguntas al doctor, preguntas que yo debería hacer, pero que afortunadamente ella está haciendo. Tengo tres meses de embarazo, el primer mes, no me di cuenta porque, según me explica el doctor, a veces las mujeres sangran cuando el embrión se asienta en el útero. El segundo mes estaba demasiado absorta en mi vida y no tomé nota de que no había tenido mi menstruación, ahora, al tercer mes, me doy cuenta de mi último encuentro con Evan, tuvo consecuencias.

-Tienes que llamarlo- sentencia Ela mientras nos conduce en su auto a la casa.

-El me dijo claramente que no lo debia llamar- le contesto orgullosa.

-Cassia, estar embarazada de él, creo que te exime de esa petición o prohibición o como quieras llamarlo.

Nos quedamos calladas por un buen rato, yo veo pasar el paisaje, la lluvia cubre las ventanas del auto y distorsiona las imágenes de la calle, así me siento justo ahora, distorsionada, doblada, confundida...

-Prohibición- digo en voz alta. Ela me mira confundida- entre petición y prohibición, elijo prohibición.

-Aun así, vas a llamarlo.

Llegamos a casa y funciono en piloto automático, besos, sonrisas, cenas, baños,cuentos y buenas noches.

Ya en mi cuarto, en la soledad que siento cada noche en mi cama, empiezo a llorar, porque entiendo lo que esto significa. Llevo conmigo un pedazo de Evan y ya nunca, jamás, podré apartarlo de mi vida, es algo hermoso y terrible. Sin pensarlo dos veces, tomo el teléfono y lo llamo. El teléfono suena varias veces, pero sin éxito. De alguna manera entro en un modo maníaco, y no paro de llamar, como si mi vida dependiera de eso. Al no obtener respuesta, le envío un mensaje escueto. "Necesito decirte algo". Al final me duermo esperando la respuesta.

Nunca llegó.

A los pocos días, descubrí por Nicolás, que Evan había cambiado de número de teléfono y que nadie lo tenía, o por lo menos decían no tenerlo. La obra, se había cancelado definitivamente, Evan ya no estaba en la ciudad y nadie de mis amigos tenía acceso a él.

Se me ocurrió la terrible idea, de hacer una comida sin mis hijos, para hablar con mi padres, Samuel y Thomas. Por suerte, Kai y la niñera, se encargaron de sacar a los niños por el dia. Mis padres, se estaban quedando en mi casa, y creían que la comida era con el objetivo de reconciliar a Samuel con ellos, pero quería aprovechar a contar todo y con todo, era mi embarazo y mi historia con Evan. Ela prometió estar a mi lado y eso me hizo sentir mucho mejor. Kai tambien me ofreció todo su apoyo, con las citas, con el embarazo, incluso con ir a las clases prenatales conmigo. Yo no quería aceptar, porque sentia que lo estaba usando, pero él me aclaró que sabía lo que sentia por Evan y que no era tan tonto como para esperar algo más que mi amistad.

Todo lo que pudo serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora