Capítulo 5

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Los Omegas Katsuki no tardaron en ir a visitar a los Omegas de Ice Castle, y éstos devolvieron la visita como es costumbre. El encanto de Yuuri aumentó la estima que Sala Nikiforov y Michelle Nekola tenían por él; y aunque encontraron que la madre era intolerable y que no valía la pena dirigir la palabra a los hermanos menores, expresaron el deseo de profundizar las relaciones con ellos en atención a los dos mayores. Esta atención fue recibida por Yuuri con agrado, pero Otabek seguía viendo arrogancia en su trato con todo el mundo, exceptuando, con reparos, a su hermano; no podían gustarle. Aunque valoraba su amabilidad con Yuuri sabía que probablemente se debía a la influencia de la admiración que el hermano sentía por él. Era evidente, dondequiera que se encontrasen, que Nikiforov admiraba a Yuuri; y para Otabek también era evidente que en su hermano aumentaba la inclinación que desde el principio sintió por él, lo que lo predisponía a enamorarse de él; pero se daba cuenta, con gran satisfacción, de que la gente no podría notarlo, puesto que Yuuri controlaba su aroma con moderación y una constante jovialidad, que ahuyentaría las sospechas de los impertinentes.

Así se lo comentó a su amigo Phitchit.

––Tal vez sea mejor en este caso ––replicó Phitchit –– poder escapar a la curiosidad de la gente; pero a veces es malo ser tan reservado. Si un Omega disimula su afecto al objeto del mismo, puede perder la oportunidad de conquistarle; y entonces es un pobre consuelo pensar que los demás están en la misma ignorancia. Hay tanto de gratitud y vanidad en casi todos, los cariños, que no es nada conveniente dejarlos a la deriva. Normalmente todos empezamos por un ligero coqueteo con las feromonas demostrando una ligera preferencia, y eso sí puede ser simplemente porque sí, sin motivo; pero hay muy pocos que tengan tanto corazón como para enamorarse sin haber sido estimulados. En nueve de cada diez casos, un Omega debe arrojar sus feromonas con más fuerza de lo que desea. A Nikiforov le gusta tu hermano, indudablemente; pero si él no le ayuda, la cosa no pasará de ahí.

––Él le ayuda tanto como se lo permite su forma de ser. Si yo puedo notar su cariño hacia él, él, desde luego, sería tonto si no lo descubriese.

––Recuerda, Beka, que él no conoce el carácter de Yuuri como tú.

––Pero si un Omega está interesado por un Alfa y no trata de ocultarlo, él tendrá que acabar por descubrirlo.

––Tal vez sí, si él la ve lo bastante. Pero aunque Nikiforov y Yuuri están juntos a menudo, nunca es por mucho tiempo; además como sólo se ven en fiestas con mucha gente, no pueden hablar a solas. Así que Yuuri debería aprovechar al máximo cada minuto en el que pueda llamar su atención. Y cuando lo tenga seguro, ya tendrá tiempo para enamorarse de él todo lo que quiera.

––Tu plan es bueno ––contestó Otabek––, cuando la cuestión se trata sólo de enlazarse bien; y si yo estuviese decidido a conseguir un Alfa rico, o cualquier Alfa, casi puedo decir que lo llevaría a cabo. Pero esos no son los sentimientos de Yuuri, el no actúa con premeditación. Todavía no puede estar seguro de hasta qué punto le gusta, ni el porqué. Sólo hace quince días que le conoce. Bailó cuatro veces con él en Barcelonding; le vio una mañana en su casa, y desde entonces ha cenado en su compañía cuatro veces. Esto no es suficiente para que el conozca su carácter.

––No tal y como tú lo planteas. Si solamente hubiese cenado con él no habría descubierto otra cosa que si tiene buen apetito o no; pero no debes olvidar que pasaron cuatro veladas juntos; y cuatro veladas pueden significar bastante.

––Sí; en esas cuatro veladas lo único que pudieron hacer es averiguar qué clase de bailes les gustaba a cada uno, pero no creo que hayan podido descubrir las cosas realmente importantes de su carácter.

––Bueno ––dijo Phitchit ––. Deseo de todo corazón que a Yuuri le salgan las cosas bien; y si se casase con él mañana, creo que tendría más posibilidades de ser feliz que si se dedica a estudiar su carácter durante doce meses. La felicidad en el matrimonio es sólo cuestión de suerte. El que una pareja crea que son iguales o se conozcan bien de antemano, no les va a traer la felicidad en absoluto. Las diferencias se van acentuando cada vez más hasta hacerse insoportables; siempre es mejor saber lo menos posible de la persona con la que vas a compartir tu vida.

Mi Orgullo Y Tu Prejuicio  (Omegaverse) {Yuri×Otabek}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora