El señor Lee no era un hombre inteligente, y a las deficiencias de su naturaleza no las había ayudado nada ni su educación ni su vida social. Pasó la mayor parte de su vida bajo la autoridad de un padre inculto y avaro; y aunque fue a la universidad, sólo permaneció en ella los cursos meramente necesarios y no adquirió ningún conocimiento verdaderamente útil. La sujeción con que le había educado su padre, le había dado, en principio, gran humildad a su carácter, pero ahora se veía contrarrestada por una vanidad obtenida gracias a su corta inteligencia, a su vida retirada y a los sentimientos inherentes a una repentina e inesperada prosperidad. Una afortunada casualidad le había colocado bajo el patronato de lady Lilia Baranovskaya, cuando quedó vacante la rectoría de Nojima, y su respeto al alto rango de la señora y la veneración que le inspiraba por ser su patrona, unidos a un gran concepto de sí mismo, a su autoridad de clérigo y a sus derechos de rector, le habían convertido en una mezcla de orgullo y servilismo, de presunción y modestia.
Puesto que ahora ya poseía una buena casa y unos ingresos más que suficientes, Lee estaba pensando en casarse. En su reconciliación con la familia de Hasetsu, buscaba la posibilidad de realizar su proyecto, pues tenía pensado escoger a uno de los hijos, en el caso de que resultasen tan hermosos y agradables como se decía. Éste era su plan de enmienda, o reparación, por heredar las propiedades del padre, plan que le parecía excelente, ya que era legítimo, muy apropiado, a la par que muy generoso y desinteresado por su parte. Su plan no varió en nada al verlos. El rostro encantador de Yuuri le confirmó sus propósitos y corroboró todas sus estrictas nociones sobre la preferencia que debe darse a los hijos mayores; y así, durante la primera velada, se decidió definitivamente por él. Sin embargo, a la mañana siguiente tuvo que hacer una alteración; pues antes del desayuno, mantuvo una conversación de un cuarto de hora con la señora Katsuki. Empezaron hablando de su casa parroquial, lo que le llevó, naturalmente, a confesar sus esperanzas de que pudiera encontrar en Hasetsu al que había de ser el Omega de la misma.
Entre complacientes sonrisas y generales estímulos, la señora Katsuki le hizo una advertencia sobre Yuuri:
«En cuanto a los hijos menores, no era ella quien debía argumentarlo; no podía contestar positivamente, aunque no sabía que nadie les hubiese hecho proposiciones; pero en lo referente a Yuuri, debía prevenirle, aunque, al fin y al cabo, era cosa que sólo a él le incumbía, de que posiblemente no tardaría en comprometerse.»
Lee sólo tenía que sustituir a Yuuri por Otabek; y, espoleado por la señora Katsuki, hizo el cambio rápidamente. Otabek, que seguía a Yuuri en edad y en belleza, fue el nuevo candidato. La señora Katsuki se dio por enterada, y confiaba en que pronto tendría dos Omegas enlazados. El hombre de quien el día antes no quería ni oír hablar, se convirtió de pronto en el objeto de su más alta estimación.
El proyecto de Minami de ir a Barcelonding seguía en pie. Todos los hermanos, menos Georgi, accedieron a ir con él. El señor Lee iba a acompañarlos a petición del señor Katsuki, que tenía ganas de deshacerse de su pariente y tener la biblioteca sólo para él; pues allí le había seguido el señor Lee después del desayuno y allí continuaría, aparentemente ocupado con uno de los mayores folios de la colección, aunque, en realidad, hablando sin cesar al señor Katsuki de su casa y de su jardín de Nojima. Tales cosas le descomponían enormemente. La biblioteca era para él el sitio donde sabía que podía disfrutar de su tiempo libre con tranquilidad. Estaba dispuesto, como le dijo a Otabek, a soportar la estupidez y el engreimiento en cualquier otra habitación de la casa, pero en la biblioteca quería verse libre de todo eso. Así es que empleó toda su cortesía en invitar a Lee a acompañar a sus hijos en su paseo; y Lee, a quien se le daba mucho mejor pasear que leer, vio el cielo abierto. Cerró el libro y se fue. Y entre pomposas e insulsas frases, por su parte, y corteses asentimientos, por la de sus primos, pasó el tiempo hasta llegar a Barcelonding.
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Mi Orgullo Y Tu Prejuicio (Omegaverse) {Yuri×Otabek}
Fiksi PenggemarEs una verdad mundialmente recconocida que un Alfa soltero necesita enlazarse con un Omega... Es una adaptación de la novela de Jane Austen "Orgullo Y Prejuicio", pero con los personajes de Mitsuroo Kubo cómo protagonistas. Es un Yurbek y un Victuur...