Capítulo 19

184 20 0
                                    

No lo dejaron mucho tiempo meditar en silencio al joven clérigo el éxito de su amor; porque la señora Katsuki que se había quedado en el vestíbulo esperando el final de la conversación, en cuanto vio que Otabek abría la puerta y se dirigía con paso veloz a la escalera, entró en el comedor y felicitó a Lee, congratulándose por el venturoso proyecto de la cercana unión. Después de aceptar y devolver esas felicitaciones con el mismo alborozo, Lee procedió a explicar los detalles de la entrevista, de cuyo resultado estaba satisfecho, pues la firme negativa de su primo no podía provenir, naturalmente, más que de su tímida modestia y de la delicadeza de su carácter.

Pero sus noticias sobresaltaron a la señora Katsuki. También ella hubiese querido creer que su hijo había tratado únicamente de animar a Lee al rechazar sus proposiciones; pero no se atrevía a admitirlo, y así se lo manifestó a Lee.

--Lo importante --añadió-- es que Beka entre en razón. Hablaré personalmente con el de este asunto. Es un Omega muy terco y muy loco y no sabe lo que le conviene, pero ya se lo haré saber yo.

--Perdóneme que la interrumpa --exclamó Lee --, pero si en realidad es terco y loco, no sé si, en conjunto, es un compañero deseable para un caballero en mi situación, que naturalmente busca felicidad en el enlazamiento. Por consiguiente, si insiste en rechazar mi petición, acaso sea mejor no forzarlo a que me acepte, porque si tiene esos defectos, no contribuiría mucho que digamos a mi felicidad.

--Me ha entendido mal --dijo la señora Katsuki alarmada--. Beka es terco sólo en estos asuntos. En todo lo demás es el Omega más razonable del mundo. Acudiré directamente al señor Katsuki y no dudo de que pronto nos habremos puesto de acuerdo con él.

Sin darle tiempo a contestar, voló al encuentro de su marido y al entrar en la biblioteca exclamó:

-¡Oh, señor Katsuki! Te necesitamos urgentemente. Estamos en un aprieto. Es preciso que vayas y convenzas a Otabek de que se case con Lee, pues Beka ha jurado que no lo hará y si no te das prisa, Lee cambiará de idea y ya no lo querrá.

Al entrar su mujer, el señor Katsuki levantó los ojos del libro y los fijó en su rostro con una calmosa indiferencia que la noticia no alteró en absoluto.

--No he tenido el placer de entenderte --dijo cuando ella terminó su cháchara --. ¿De qué estás hablando?

--Del señor Lee y Beka. Beka dice que no se enlazará con el señor Lee y el señor Lee empieza a decir que no se enlazará con Beka.

-¿Y qué voy a hacer yo? Me parece que no tiene remedio.

--Háblale tú a Beka. Dile que quieres que se enlace con Lee.

--Mándale que baje. Oirá mi opinión.

La señora Katsuki tocó la campanilla y Otabek fue llamado a la biblioteca.

--Ven, hijo mío --dijo su padre en cuanto el joven entró--. Te he enviado a buscar para un asunto importante. Dicen que Lee te ha hecho proposiciones de enlazamiento, ¿es cierto?

Otabek dijo que sí.

--Muy bien; y dicen que las has rechazado.

--Así es, papá.

--Bien. Ahora vamos al grano. Tu madre desea que lo aceptes. ¿No es verdad, señora Katsuki?

--Sí, o de lo contrario no lo quiero ver más.

--Tienes una triste alternativa ante ti, Otabek. Desde hoy en adelante tendrás que renunciar a uno de tus padres. Tu madre no quiere volver a verte si no te casas con Lee, y yo no quiero volver a verte si te casas con él.

Otabek no pudo menos que sonreír ante semejante comienzo; pero la señora Katsuki, que estaba convencida de que su marido abogaría en favor de aquella unión, se quedó decepcionada.

Mi Orgullo Y Tu Prejuicio  (Omegaverse) {Yuri×Otabek}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora