Mi Orgullo Y Tu Prejuicio (Omegaverse) {Yuri×Otabek}

Capítulo 17

Saludos a mis lectores.

Les aviso que este capítulo es una repetición del anterior, pero desde la vista de Yuri Plisetsky, basado en el libro "El Diario de Mr. Darcy", y es que son de mis capítulos favoritos de estos libros, espero y lo disfruten, si no, pues quedan advertidos.

Por Yuri Plisetsky:

La mañana fue lluviosa, y la pasé escribiendo cartas. Al mediodía, Nikiforov y sus hermanos se ocuparon de las preparaciones finales para el baile. Yo tenía poco para hacer, y finalmente me encontré pensando en Otabek Katsuki, tanto que cuando el grupo de Hasetsu llegó esta tarde lo estuve buscando con la mirada. Creía que lo había sacado de mi mente, pero no soy tan insensible a él como suponía.

-- Yuuri se ve encantador-- dijo Sala, cuando su hermano se fue para recibir a Señorito Yuuri Katsuki.

-- Es una pena que no pueda decir lo mismo de su hermano-- dijo Michelle.

-- ¿Qué es lo que está vistiendo Otabek Katsuki? -- Sala la recompensó con una mirada divertida.

-- Otabek Katsuki desprecia la moda, y está vistiendo un saco que es tres pulgadas más largo de lo que debería y usa un gran exceso de cuero. ¿No lo cree Usted, Sr. Plisetsky?

-- No sé nada sobre la moda de los Omegas – dije -- pero para mí se ve muy bien -- Sala mantuvo silencio, pero sólo por un momento.

-- Me pregunto a quién está esperando. Ciertamente está buscando a alguien.

-- Probablemente está buscando a los oficiales -- dijo Michelle.

-- Entonces no es tan rápido como sus hermanos, porque ellos ya los han encontrado – dijo Sala.

Los muchachos más jóvenes habían corrido ruidosamente por el salón, y saludaban a los oficiales con risas y chillidos.

-- ¡Si se acercan más a Sr. Yuuto, lo sofocarán! -- remarcó Michelle.

-- A Usted no le gustaría ver a su hermana comportándose de esa manera con los oficiales, estoy segura--, dijo Sala, volviéndose a mí.

No lo dijo para herirme, pero no podría haber escogido peor su comentario. Sala miró alarmada mientras yo palidecía, pero me sobrepuse lo suficiente para responder fríamente:

-- ¿Está Usted comparando a mi hermana con Minami Katsuki?

-- ¡Ellos tienen la misma edad! -- dijo Michelle, a punto de reír.

-- No, por supuesto, -- dijo Sala rápidamente, dándose cuenta de su error -- no es posible compararlos. Sólo decía que a los Omegas Katsuki se les permite correr salvajemente.

Asentí fríamente y me alejé de ella, esperando que las miradas de Otabek sobre el salón hubieran sido por mí. Cuando me acerqué a los oficiales, oí a Yuuto decirle a Minami Katsuki que Leroy no estaba porque se había visto forzado a irse del pueblo por unos días.

Otabek se les había unido y él se veía decepcionado. Recordé la mirada que le había otorgado a Leroy en Barcelonding y cerré los puños cuando comprendí con un desagradable shock que cuando el entró en el salón había estado buscando a Leroy, y no a mí.

-- No creo que esos asuntos le hubiesen retenido precisamente hoy, si no hubiese querido evitar encontrarse aquí con cierto Alfa -- escuché decir a Sr. Yuuto.

¿Entonces se ha vuelto un cobarde? No hay duda sobre eso. El coraje nunca formó parte del temperamento de Leroy. Imponerse a los ingenuos, engañar a los inocentes y seducir a Omegas, ésa es su fortaleza. Pero seguramente, Otabek no era ingenuo. No. Él no se dejaría llevar tan fácilmente. Tal vez aún no lo haya descubierto, pero estaba seguro de que lo haría. Mientras tanto, no quise desaprovechar la oportunidad de hablarle. Caminé hacia él.