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Jungkook miró con algo de incómodidad a Jimin. Cuando eran niños sabía de los sentimientos del contrario— o al menos eso creía— y los suyos, pero ahora que habían pasado once años.

¿Qué tanto habían cambiado los sentimientos de ambos?

—Así que... ¿ustedes dos son novios?— preguntó Jimin luego de juntar aire, intentando que su voz no saliera afectada,

— Pensé que los demás te lo dijeron o que ya te habías dado cuenta...— respondió ella con confusión—, pero eso no importa. Me alegro mucho que se hayan podido encontrar— sonrió luego de tomar las manos de Jimin—. ¿Pudieron ponerse al día?— levantó ambas cejas con picardía.

— ¿Qué cosas dices?— Él más alto rodó los ojos.

— ¿Qué tiene de malo?— frunció el ceño hacia su novio—. Ven, vamos a comer y dejemos a este gruñón solo.

— Y-ya comimos en la casa de Jin hyung— respondió Jimin, aún con la mirada en el suelo. No quería ver la mirada de Jungkook.

— ¡¿Qué?! ¡Me lo hubieran dicho! Ya hice la cena para nosotros dos... incluso hice en cantidad, entonces también hay para Jungkook— suspiró—.  Ahora me tendré que comer todo yo sola— comenzó a caminar hacia el interior del edificio mientras maldecía en voz baja.

— Hyung, te aconsejo que no la dejes comerse todo, luego estará diez horas en el baño y no te dejará pasar— dijo Jungkook con una suave sonrisa en un intento de aligerar el ambiente. Sin embargo, el más bajo se mantuvo con la mirada en el suelo y en silencio, imposible de hacer contacto visual con él.

— Okey...— musitó finalmente al cabo de unos segundos mientras levantaba la mirada y seguía a Lisa.

Jungkook suspiró y los acompañó a ambos hasta su piso correspondiente.

— Yo ya me iré... dile a Lisa que tuve que hacer unas cosas en casa— dijo luego de detenerse sobre la puerta de la casa de Lisa. Jimin asintió y no levantó la mirada hasta que sintió unos brazos rodear su cuerpo—. Ya no dejaré que te vayas de nuevo.— Se alejó del más bajo y antes de irse besó su mejilla.

Jimin quedó inmóvil hasta que Lisa llegó, rememorando lo que había ocurrido segundos antes.
No quería que se vaya a pesar de que su corazón estaba doliendo horriblemente.

—¿Jungkook se fue?— preguntó ella—. No lo veo desde hace unos dos meses y se va como si nada ahora. Santos cielos, estos alfas— suspiró y miró al rubio, quien no pronunciaba ninguna palabra.—. Jimin... ¿Estás bien? estás muy rojo... ¿Te habrá agarrado fiebre? También parece que estuvieras a punto de llorar.

— ¡N-no! E-estoy bien, no te preocupes— negó frenéticamente con la cabeza y luego corrió hasta la habitación de invitados.

Al estar solo, finalmente pudo liberar todo el aire que estaba juntando. Su corazón se encontraba frenético y sentía su rostro completamente acalorado. Sin embargo, segundos después comenzó a sentirse nuevamente triste, ya que aquello estaba mal, él no quería eso.
Debía abandonar sus sentimientos por Jungkook cueste lo que cueste. Las cosas habían cambiado muchísimo en todo ese tiempo y él tenía que empezar a ser consciente de eso. Ninguno de los dos era el mismo.

Soltó un suspiro y se recostó en la cama, sintiendo que algo le molestaba en uno de los bolsillos. Sacó entonces el celular del bolsillo de su pantalón y se enderezó sobre la cama mientras lo observaba.
No sabía porque aún lo conservaba. Al principio lo había tomado por si le llegara a servir como ayuda, pero no sabía porque lo seguía conservando.

Intentó encenderlo, pero estaba completamente pagado. Jimin no sabía mucho de celulares, pero intuyó que se había quedado sin batería, así que se levantó de la cama y salió a pedirle a Lisa algún cargador. Ella algo confundida le entregó uno, por lo que Jimin lo tomó y volvió a la habitación. Lo enchufó a la corriente y luego al celular.

Mochi ❀Kookmin omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora