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Jimin despertó unas horas antes de que fuera la mañana de su cumpleaños, había creído escuchar un ruido abajo, pero como creyó que fue su imaginación, se dirigió al baño.

Al terminar y lavarse las manos, salió del baño y volvió a escuchar otro ruido, pero esta vez más fuerte, por lo que corrió hacia la habitación de sus padres con miedo.

Al entrar a la habitación, pudo apreciar con la luz de afuera que su padre no se encontraba en la cama. Dedujo entonces que era él el causante de aquel ruido, sin embargo, aquel mal presentimiento aún persistía allí.

— Mami...— pinchó con su dedo la mejilla de su madre. Era común que la despierte así.

— ¿Mmh? ¿Cariño que sucede?— Ella tomó la pequeña mano de su hijo y la acarició.

E-escuché ruidos abajo.

— Debe ser tu imaginación cariño.

— E-eso creí al principio, pero lo escuché por segunda vez.

— ¿Cómo sonaba?.

— Mmm... como a vidrios rompiéndose.

La mujer abrió los ojos finalmente y se giró con el ceño fruncido dispuesta a despertar a su esposo, pero éste no se encontraba al lado suyo.

— ¿Dónde está tu padre?

— No lo sé... cuando entré él no estaba. ¿Será él abajo?

— Quédate aquí cariño, no bajes.— Él asintió y observó a su madre salir de la habitación.

Escuchó otro ruido, pero mucho más fuerte que los anteriores, provocando un gran temor en él.

En esos momentos se preguntaba dónde estaba su padre, incluso tal vez podía estar ahí en el mismo piso, así que salió a buscarlo. Necesitaba que alguien lo abrace y que le diga que no tenga miedo, que todo estaba bien.

Fue a la habitación de su hermano menor, pero no había nadie más que este, quien se encontraba durmiendo como un pequeño gatito.

Jimin volvió a su habitación, pero su padre tampoco estaba allí y la luz del baño se encontraba apagada, por lo que tampoco podía estar ahí.
Entonces volvió a pensar que podría estar abajo. Su madre le dijo que no debía bajar, por lo que tendría que buscar el calor de su pequeño hermano dormido. Sin embargo, cuando estaba a punto de dirigirse a la habitación de Jihyun nuevamente, escuchó un grito del piso de abajo.

Esa era la voz de su madre.

Fue rápido hacia las escaleras, ignorando lo que su madre le había dicho. Si ella se había herido él tenía que ir a curarla.
Bajó de a poco las escaleras, tratando de no hacer ningún ruido. Cuando pudo, asomó su cabeza para ver si lograba ver algo, pero al ver dos hombres desconocidos vestidos de negro en la entrada se asustó.

¿Dónde estaban su mamá y su padre? ¿Quiénes eran esos señores raros y qué hacían en su casa?

Escuchó de nuevo a su madre gritar. Alguien le estaba haciendo daño a su mamá, él no quería eso, pero tenia mucho miedo de bajar.
Decidió finalmente bajar, pero sin ser visto por aquellos señores. Se dirigió con pasos lentos a la cocina, en donde los gritos de su mamá provenían y al llegar se asustó nuevamente al ver como alguien estaba golpeando a su madre.

¡¿En dónde están?!le gritó el señor que la estaba sujetando del brazo

— ¡Aún no lo tengo! Les dije que esperarán un poco más— exclamó ella, intentando soltarse del agarre.

— Ma-mami— susurró Jimin, llamando la atención de todos.

— ¡No! ¡Jimin vuelve arriba!— El señor la golpeó de nuevo.

— Así que tus hijos no estaban en casa— sonrió con malicia y luego vio al pequeño—. Que alguien vaya por el de arriba.

— ¡No!— Rápidamente ella agarró un cuchillo con su otra mano y se lo clavó en el brazo a quien la estaba agarrando, soltándose así y corriendo hacia su hijo, el cual se encontraba llorando.

Escucha, ve rápido por tu hermano y corre hacia la casa de Jungkook, la policía está en cami-...— No pudo decir nada más, ya que de pronto un fuerte ruido los aturdió y ella miró hacia su estómago mientras comenzaba a jadear y las palabras no podían salir de su boca, hasta que finalmente se derrumbó en el suelo.

— ¡Mamá!— vió como por unos segundos ella siguió teniendo algunos espasmos, pero luego dejó de moverse y debajo suyo se formó un charco de sangre— ¡No!

Maldita zorra, esperaba hacer esto desde hace añoslevantó la mirada y notó a uno de los señores malos con un arma en su mano.

Se quedó por unos segundos quieto, viendo a su madre en el suelo y a aquellos hombres acercarse. Todo se movía en cámara lenta y su cuerpo no reaccionaba. Tenía que correr pero sus piernas no parecían reaccionar. Entonces recordó a su hermano, aún estaba solo arriba. Levantó la mirada y vio cómo el señor le estaba apuntando a él, por lo que corrió hacia el segundo piso, sin poder escuchar nada más salvo los rápidos latidos de su corazón y sintiendo las lágrimas cayendo sin detenerse.
Entró a la habitación de su hermano y cerró la puerta con el pestillo.

— ¡Jihyun! ¡Despierta, tenemos que salir de aquí!— Lo sacudió pero no hubo caso, él otro seguía dormido, por lo que lo cargó en sus brazos, pero de inmediato Jimin cayó al suelo al ver como toda la cama estaba teñida de un oscuro rojo.

— ¡Jihyun! ¡Jihyun!— trató todavía despertar a su pequeño hermano, pero este ya no estaba respirando—. Po-por favor, quiero despertar, no me gusta este sueño... Va-vamos Jihyun, e-esta no es una linda broma, me enojaré mucho contigo y con mamá.

Pronto se comenzaron a escuchar fuertes golpes en la puerta, provocando que Jimin sollozara más fuerte. Cargó el cuerpo inerte de su hermano y se dirigió rápido hacia el armario, escondiéndose ahí y abrazando el cuerpo de Jihyun que aún se encontraba cálido.

Él quería despertar de esa horrible pesadilla, ir con su madre y padre para que ambos le den muchos mimos y besitos, y luego jugar junto a Jihyun y los demás, como siempre solían hacerlo.

Mientras el pequeño abrazaba el cadáver de su hermano comenzó a tararear en medio del llanto. Su madre le había dicho que si cantaba, nada más existía y que su voz podía llamar a los ángeles de lo hermosa que era. Ella también tenía una muy linda voz, siempre lograba calmarlo cantando.

De pronto los golpes dejaron de escucharse para ser reemplazado por otros fuertes sonidos.

— ¡¿JiHyun?! ¡¿JiMin?!

Escuchó la voz de su padre, así que salió rápido del armario y abrió la puerta, viendo a varios policías junto a él.

— ¡¿Dónde esta Jihyun?!— preguntó luego de ver la sangre en el cuerpo de Jimin y en la cama del más pequeño.

— E-él está siendo muy malo, se está haciendo el muerto, hay que re-regañarlo— dijo aún sin dejar de llorar.

El padre de Jimin entró y se tiró al suelo al ver el cuerpo de su pequeño Jihyun ya sin vida sobre el suelo, para luego comenzar a llorar y gritar mientras el cuerpo era llevado por los policías.

Jimin unos minutos después perdió la consciencia, cayendo al suelo aún con la imágen de su hermano y madre teñidos de un oscuro carmesí.

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-se retira antes de que le tiren piedras-

Mochi ❀Kookmin omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora