Mochi ❀Kookmin omegaverse

47

Jungkook se encontraba sentando sobre el viejo sofá de aquel lugar mientras abrazaba sus piernas.

— ¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?— entró Yoongi con una botella de Soju en su mano.

— Arruiné todo hyung.

— Ah... los chicos me hablaron de lo que sucedió— se sentó a su lado y le ofreció la botella—. No debería darte esto porque eres menor de edad, pero tal vez te sirva en estos momentos, así que... ¿quieres?

El menor asintió y sujetó la botella—. Creo que ahora me odian— musitó y luego le dio un trago. Cuando el contenido le quemo la garganta, el menor hizo una mueca. Sabía asqueroso.

— No, no te odian. Solo están molestos... y es comprensible.

— ¿Tú no estás molesto hyung?

— Claro que lo estoy. Lo de Lisa no me interesa realmente, ya lo veía venir, pero lo que haz dicho... En eso sí que cruzaste la raya.

— No pensé lo que dije... yo realmente no quise decir eso.

— Pero lo hiciste. Aún así, a mi no me debes explicaciones. Se las debes a ellos— le quitó la botella de la mano para ahora tomar él.

— Tengo que hablar con ellos... Lo sé, pero no sé si ellos querrán.

— No pierdes nada con intentarlo— levantó ambos hombros y luego se quedó mirando hacia un punto indefinido, con la mirada perdida.

Jungkook se preguntó entonces qué estaba pensando. La mente de Yoongi siempre había sido un enigma para todo el mundo.

— ¿Realmente crees eso de Jimin?— preguntó de pronto, luego de darle otro trago.

— ¿Qué cosa?

— Que está muerto— musitó. Jungkook pudo ver como su rostro se tensaba al pronunciar aquellas palabras.

— Como te dije hyung, hablé sin pensar.

— Lo sé, pero no me refiero a eso— posó su vista sobre el menor.

— Yo... no lo sé. Hemos estado años sin saber sobre él. Ya no sé que pensar. Mientras más pasa el tiempo, más culpable me siento— dijo, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos.

— No es tu culpa Kook.

— Yo sabía lo que él pasaba. Pero no hice nada... y mira como las cosas resultaron.

— Eras un niño. No tenías mucha conciencia ni elección. Muchos sabíamos lo que pasaba y aún así tuvimos miedo de hablar.

— ¡Sabía que era lo que estaba mal o lo que estaba bien, hyung! ¡Yo vi con mis propios ojos lo que él le hacía!

Yoongi se quedó en silencio y su mirada se volvió a perder. Por esa razón, Jungkook aprovechó a quitarle la botella y a tomar lo último que quedaba.

— Iré a buscar más— reaccionó luego de unos segundos—. Supongo que te quedarás un rato más aquí, ¿no?

El pelinegro asintió, por lo que Yoongi salió de aquel lugar sin pronunciar ninguna palabra.

Jungkook se quedó jugando con la botella vacía, hasta que se cansó y se levantó, para así comenzar a recorrer aquella pequeña habitación. Era como el lugar de escape para Yoongi. Él lo había descubierto, por esa razón sabía de su existencia, a diferencia de los demás. Había un viejo sofá; las paredes estaban desgastadas y la ventana rota, por lo que entraba un poco de viento de afuera; también, había un viejo piano y algunos muebles.