Capítulo 33

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Salimos del cuarto de Aaron, el nunca esta en su habitación, pero parece que se volvió su lugar favorito

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Salimos del cuarto de Aaron, el nunca esta en su habitación, pero parece que se volvió su lugar favorito.

—¿Entonces ya no hay que alarmarse? pregunta Aaron.

—No ese idiota no volverá a molestar a Lana, lo prometo. El se queda mirando al vacío parece que está pensado.

—Puto necesitamos ser más precavidos no quiero que Mike se entere de Lana y que la reconozca.

Alanna es vieja en nuestro mundo pero Mike piensa que Aaron y ella follan cuando lana viene mucho mas atras solo que el idiota no se acuerda eso tiene que seguir así.

—¿Solamente a Lana?.Pregunto algo serio.

—¿De que demonios hablas¡?.

—Lo que sea que esté pasando con Kaily se está haciendo notar, sabes que nosotros no tenemos la presión que tienes tu, pero sabes que si el se enterara de Kaily, podrí...

—Si idiota, ya lo sé. -Responde molesto. —¿Quién dijo que la mocosa y yo tenemos algo? La comisura de mi boca se levanta en una simple sonrisa.

—Si aja, a mi no me engañas prostituto barato, se que algo más está pasando y que ya estas loco por tenerla debajo de ti gritando ¡oh si Aaron! ¡aaah!. Aaron me mira como si quisiera matarme así de expresivo soy.

El es mi hermano  conozco cada una de sus miradas, este quería alejar a la castaña pero esta no se la ha puesto fácil, es demasiado terca para su propio bien.

—Solo lárgate, a ver lo que te dije y deja de joder. Su tono neutral ya era costumbre y no me afecta, descubrí que solo es una máscara que muy poca veces quita.

—Esta bien, esta bien. Me quedo unos segundos observando le doy  una sonrisa. —Pero has visto que buenas piernas tiene¡.

—¡Largo!

Salgo de la casa de Aaron, me subo en mi moto y arranco,unos minutos mas tarde voy en la carretera cuando noto algo raro, un carro no se ha despegado de mi en todo el camino eso no es buena señal, doblo y entro a un callejón para perder el auto, el auto me sigue de nuevo, aumento la velocidad siento que se me encoje el corazón y mi velocidad cardíaca aumenta siento   como la adrenalina sube por cada poro de mi cuerpo, miro por el retrovisor y todo pasa rápido, otro carro aparece  de frente  a mí estoy rodeado.

El carro de atrás me choca la moto provocando que la moto cayera y yo rodará, siento que mi costado derecho arde y mis manos están muy calientes. Los carros se detienen y de uno baja una silueta con un bate de béisbol todos llevan pasamontañas pero no es eso lo que me alarma, pero lo que me sorprendió es que reconozco los ojos del chico que lleva el bate de béisbol, es el mismo chico al que amenace, comienzo a ponerme de pie para tratar de enfrentarlos pero una golpe me sobresalta, el dolor estalla en mi espalda y me doy cuenta de que un moreno con un piercing en la ceja me ha golpeó con un bate de béisbol de hierro.

—¡Ooh miren! no es tan valiente sin su amiguito la puta. Todo el mundo se ríe de lo que dijo el payaso.

—Dime ¿quién grita por las noches cuando follan? Todos vuelven a reír, me falta la respiración e intento sacar una daga de la parte trasera de mi bota, pero esta es arrebatada cuando uno de ellos pisa mi mano.

—Ahora no eres tan valiente eh, Intento levantar mi puño para golpearlo pero una patada en mi costilla derecha me sorprende, en ese momento me falta el aire todo mi cuerpo tiembla, no puedo defenderme. Son mas de cinco

—¡Agarrenlo! vamos a enseñarle a este imbécil que nadie se mete conmigo. Dos tipos me levantan de la chaqueta, sonrio burlon, ese siempre fue mi don reírme en momentos serios.

—Que lastimas me das, eres un marica que no puede enfrentarme solo.

—No, todos sabemos que en una pelea limpia me ganarías pero como nunca he jugado limpio, no importa.

—¿Dime dónde está tu amiguito? En ese momento Aaron viene a mi cabeza, debe de estar cabreado he tardado demasiado.

—Pues no se seguro se fue de compras. Respondo con tono burlón.

—Muy gracioso, pero vas a saber que a mi no se me amenaza.

Un golpe en mi abdomen me sorprende haciendo que pierda un poco el aire, luego viene otro y otros más golpes, mi cuerpo arde como el infierno, siento mi cara arder me ha roto la nariz, diablos mi bella nariz.

—Silvio agarra el bate vamos a hacer una piñata. El tal Silvio obedece, se pone un pañuelo en sus ojos y agarra el bate mientras otros tres me sujetan.

—Esto es lo que va a pasar. Pone un dedo en su barbilla.

—Me vas a decir quien era la chica la que no me dejaste seguir y por que alacrán la defienden tanto.

Alacrán o Diablo eran los apodos de Aaron en la pandilla, y créanme no fue por santo que se le pusimos. Como puedo levanto mi dedo del medio y se lo enseño mientras recito unas palabras para salvar mi trasero.

—Súbete aquí y pedalea gilipollas. Sus ojos se oscurecen y eso provoca una sonrisa en mi.

—Bien, ya que no quieres hablar.

Nunca en la vida traicionaría a Aaron ni a Lana, prefiero morir antes que ver como hacen sufrir a mi única familia. En ese momento el rostro de Jess viene a mi cabeza su sonrisa, sus ojos, su boca, ella es tan hermosa persona y yo la hice sufrir y merezco que ella  me haga sufrir pero algo no puedo negar ella me hacía querer ser mejor, siempre va a ser la única persona por la que sigo adelante todos los días, por la que no mando todo a la mierda y me contengo.

—Bien, ya que no tengo mucha paciencia, Silvio adelante saca todos los dulces que tiene nuestra piñata. Y hay empieza el infierno, me quedo con la imagen de su rostro en mi cabeza.

Mi hermosa bipolar.

CooperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora