Abrí mis ojos como platos y ella notó la inestabilidad en mi cuerpo, al igual que Chris, que me miraba algo incómodo.
—T-te dejaste el móvil ayer—le dijo, ofreciéndoselo.
—Oh, gracias—le respondió, tras guiñarle su ojo. Tras esto me volvió a mirar.
—¿Deberíamos irnos, verdad?—le dije a Sana, antes de romper a llorar.
—Eh, si—dijo al ver mi rostro, y salí de inmediato, ignorando a Sara, hasta sentarme en un parque abandonado, cerca de la zona. Miré al suelo, mientras la cabeza me iba a explotar. Rápidamente me alcanzaron las chicas, para quedarse paradas, frente a mí.
—¿Qué está mal, Eva?—me preguntó Noora, agachándose frente a mí.
—De todas formas, ¿habéis visto eso? ¿Acaso tienen algo Sara y Chris?—preguntó Vilde, hiriendo aún más mis sentimientos, aunque entendía que ella desconocía de ellos.
—¡Vilde calla!—oi decirle Sana a Vilde, por lo bajo.
Me levanté del sitio para salir de allí, justo y cuando oí esas palabras. No podía soportar que Sara estuviera rondando a Chris. Era algo fuera de mi control, que me era imposible no detestar.
—¡Eva! ¿A donde vas?—les escuchaba gritarme.
—¡Necesito estar sola!—les grité, sin dejar de caminar, sin sentido.
Mientras caminaba, cada vez estaba más cerca de mandar aquellas conversaciones. Las tenía en la mano, y parecía un regalo para mí. Caminaba mientras las leía y pensaba, cuando Isaak apareció en su bicicleta.
—Sabia que estarías por aquí—dijo simpático.
—Me conoces demasiado—le sonreí.
—demasiado—rió.
—¿Que te pasa Eva?—preguntó. Tus amigas me han preguntado y me han contado lo que ha pasado. ¿Qué está mal?—dijo, mientras se bajaba de la bicicleta y me seguía caminando.
—Creo que Sara me está engañando a la cara y que se ve con Chris P—dije cabizbaja.
—¿Y?—preguntó confundido. —Oh...espera, ¿te gusta, verdad? Ese tipo—
—No...uh...—tartamudeé. —Es complicado—dije. —Pero se podría decir que si—confesé. —Y ella simplemente me dijo que no le interesaba—
—Sé que cogiste las conversaciones de Sara de mi ordenador—dijo de repente.
—Eh...uh...—dije avergonzada.
—Tu decides que hacer con ellas, pero recuerdas que te metes en terreno pantanoso—me dijo, antes de volver a su bicicleta y marcharse.
Volví a mirar mi teléfono, y no dudé en subirlas, en una cuenta falsa, para que todos lo vieran. Etiqueté a todas las afectadas y apagué el movil. El corazón me iba a mil, y no estaba segura de que lo que había hecho estaba bien, pero no me importaba. Me sentía mejor, aunque estuviera mal admitirlo.
—Sube—escuché entonces de repente decirme Chris P desde su coche a mi izquierda.
—¿Que? ¡No!—dije, haciendo que suspirara y volviera sus ojos.
—¿Acaso te gusta caminar 7 Kilómetros?—
—em......quizás si—dije, con la cabeza al frente, mientras me seguía con el coche, insistiendo.
—Joder súbete Eva, es inútil que te resistas, no me iré hasta que no te subas—volvió a insistir, haciendo que ahora yo fuera la que volviera mis ojos. Finalmente, me monté en el coche.