–Nada...–susurró, luciendo perdido.
–Eh...–dije, y agarré su barbilla hacia mí.
–Sara me besó hoy–dijo, como una jarra de agua fría, y me solté de su cuerpo.
Avancé un paso atrás y mi rostro cambió de gesto. –Eh...–dijo, agarrando mis brazos con delicadeza.
-La aparté enseguida, lo prometo–me dijo, aunque sonaba demasiado desesperado.
No dije nada, solo me quedé perdida en mis pensamientos mientras trataba de que algo se viniera a mi cabeza rápido, aunque no lo hizo.
–Eva–me susurró, intentando despertarme.
–No sé que decir–dije, intentando ordenar mis ideas sin éxito.
–Eva, eres lo único que quiero, lo sabes–intentó decirme, aunque no podía escucharle con certeza mientras imaginaba sus labios pegados a los de Sara.
Este acercó su rostro y me besó, aunque yo lucía aturdida. La fría lluvia hacía contacto con mi subconsciente en esos momentos. Este me miró destrozado, y agachó la cabeza.
–Al menos...déjame que te lleve a casa...–dijo, sacando las llaves de su bolsillo. Asentí tímida, y nos dirigimos hasta su vehículo en silencio.
–Eva...di algo...–dijo mientras conducía, cuando el silencio se apoderó del coche por unos minutos.
–Sólo...estoy cansada...–casi susurré sin fuerzas.
–¿Cansada?–me preguntó al instante.
–De la trama con Sara, estas situaciones–seguí susurrando con la mirada perdida.
–Eva...–
–Cada minuto que te miro, me recuerdas aquello que quiero pero no puedo tener–pronuncié sin realmente mirarle.
–No...digas eso–me dijo visiblemente herido, apretando el volante con fuerza.
–No hace falta que te diga nada... eso es lo peor–dije, cogiendo la mano que había posado en mi muslo y retirándola.
–No la besé yo Eva–dijo realmente fastidiado, cuando yo podía ya visualizar mi calle.
–Vale Chris. ¿Y qué será lo siguiente?–dije fijando mis ojos en los suyos.
Este no supo qué responder, posando su mirada en el volante.
–No voy a estar aquí para verlo–dije, cuando paró frente a mi casa, y me bajé sin decir nada más.
Mientras me aproximaba a mi puerta, podía escuchar los gritos de Chris que me llamaban desde el coche, y mis lágrimas aparecieron antes de lo esperado. Abrí la puerta con rapidez y al cerrarla caí arrodillada frente a esta, empapada y rota. Tras unos minutos, pude darme cuenta de que mi madre estaba en casa, y antes de lo esperado estaba permaneciendo frente a mi, luciendo confundida y preocupada. Se arrodilló frente a mí y me tocó la cara.
–Eva, ¿qué te ha pasado?–dijo rápidamente. –¡Estás empapada!–exclamó mientras me analizaba por completo.
No pude más que mirarla, y sin decir nada más me abalancé sobre ella para abrazarla. Esta entendió que eso era lo único que necesitaba aquella noche.
Domingo 20:50
–¿Enserio? Vaya cabronazo–exclamó Chris al escucharme relatar lo que ocurrió con Chris P.
–¿Estas bien?–me preguntó Noora con una mirada comprensiva, mientras tocaba mi brazo con ternura. Asentí sin tener más remedio, antes de que Sana acariciara mi brazo también.
–Los chicos Penetrator son así...fríos y sin sentimientos–saltó a decir Vilde, mientras cogía zumo de mi frigorífico.
Suspiré mientras notaba que Noora no había dejado de posar su mirada en mi.
–¿Sabeis qué?–exclamó esta de repente. –Creo que deberíamos hacer algo que nos entretenga–propuso Noora.
–¿Como qué?–preguntó Sana arqueando su ceja izquierda.
–He escuchado que las chicas del ultimo curso están organizando un evento para la recogida de alimentos el Jueves–dijo, y se pudo notar el poco interés de las chicas.
–¿Y?–preguntó Chris mientras se reía.
–¡Que será divertido!–intentó animarnos. Además, he escuchado que mucha gente se ha inscrito, ¡y es por una buena causa!–
–Yo me apunto–dije tras notar que lo hacía para distraerme un poco.
–Y yo...–dijo Sana cómplice, mientras que Chris y Vilde permanecían en silencio.
–¡Vamos chicas!–exclamó Noora, sonriente, antes de lanzar un cojín hasta Vilde.
–¡Está bien...!–dijo Vilde, y tras intimidar a Chris con la mirada conseguimos que todas estuvieran dispuestas a participar.
Lunes 9:00
No es que pensáramos que no iba a ir nadie a esa especie de recogida pero no vimos venir la enorme entrega del instituto entero por ese evento. Carteles, pinturas e invitaciones decoraban el pasillo del mismo.
–¿Qué cojones...?–exclamó Vilde, mientras permanecíamos paradas admirando todo aquello.
–¡Hola chicas!–escuchamos a alguien llamarnos, y al mirar a nuestra derecha nos encontramos con una mesa de campaña perteneciente a nada mas y nada menos que las chicas Pepsi Max. Una de ellas nos hablaba con ironía mientras Sara permanecía sin inmutar palabra, sonrientemente falsa. No podía ni mirarla.
–¡Hola chicas!–exclamó Vilde sonriente, mientras el resto solo mirábamos.
–Vais a venir al evento, ¿verdad?–nos preguntó Ingrid, sonriente.
–Por supuesto–se adelantó Vilde.
–¡Que bien! Espero que os paseis por nuestra mesa–nos dijo, entregándonos panfletos con sus caras y una frase cursi para promocionarse.
–¿Qué demonios es esto?–le susurré a Noora, y esta se veía tan confundida como yo.
Martes 10:50
La supuesta recogida de alimentos se había convertido en una excusa para el completo instituto de divertirse. Resultaba que yo no era la única con deseos de alguna distracción. Es más, tanto era la emoción de los estudiantes que se habían organizado charlas que quitaban horas de clase para la organización del evento, y cada día se hacía más notorio que habrían diferentes grupos, con diferentes actividades cuya participación se pagaba con comida.
–¿Es todo esto una especie de feria honorífica?–preguntó Sana en el patio, boquiabierta al ver pasar a estudiantes con más carteles en la mano.
–Es absurdo. Son absurdos–dijo Noora, visiblemente molesta.
–He oído que los chicos Penetrator van–nos interrumpió Vilde, mientras masticaba el bocado a su manzana.
–Como no...–murmuró Noora. –Este instituto es toda una falsa. Encuentran cualquier excusa para echar a la basura lo que iba a hacerse por una buena causa–
–Quedémonos en casa entonces–dije, realmente sin ganas de asistir a ese despilfarre.
–Ni hablar–dijo Noora, notándose el enorme esfuerzo que hacía por distraerme.
–Noora, esta bien...–le dije, intentando fingir una sonrisa, mientras podía ver a William y los chicos penetrators acercarse por su espalda. William la abrazó por la espalda y esta se volvió confundida mientras yo agachaba la cabeza. A juzgar por la mirada de Noora supe quien se encontraba entre ellos.
–¿Enserio?–le preguntó Noora a William entre sus brazos, sujetando un pin que llevaba este en su camisa. –¿También os promocionáis para el evento?–
–Por supuesto. Va a ser enorme–bromeó, mientras su novia arqueaba una ceja. Entonces como un maldito auto reflejo ojeé entre los chicos hasta que mis ojos se cruzaron con los suyos, como un afilado cuchillo sobre los míos.
–¡Eva!–exclamó de repente alguien a mi espalda.