Sábado 14:11
—¡Hola! ¿Está Jonas en casa?—le pregunté a la compañera de piso de Jonas en su cochambroso apartamento.
—Si, está en la sala—dijo abriéndome paso, antes de quitarme los zapatos y dejarlos en la entrada.
Al llegar a la sala me encontré con un Jonas que ignoraba mi presencia mientras jugaba con sus amigos a los videojuegos.
—Hola—dijo bastante seco.
—Hola...—dije desde el marco de la puerta, algo incómoda.
Me acerqué hasta ellos, sentándome en el borde del sofá, sin inmutar palabra.
—¿A qué juegan?—le pregunté tímida.
—FIFA—respondió Isaak por el, ya que nadie me contestaba.
—¿Qué pasa?—me preguntó Jonas de repente, tras un silencio.
—¿Qué?—dije tímida, y pude ver cómo arqueaba una ceja.
¿Dónde está tu equipo de Russ hoy?—dijo sin mirarme a los ojos. —¿no tienes un montón de mierda que hacer hoy?—masculló, mientras sus amigos reían.
—Faltan dos años y siete meses para el evento de Russ, será mejor que empieces a trabajar—escupió, consiguiendo que sus amigos se volvieran a reír de mí.
—Lo sé. Estoy muy celosa de vosotros, que pasáis el tiempo en cosas más constructivas como jugar videojuegos todo el día—dije irónicamente.
—¿Y por qué estás enfadada ahora?—me dijo.
—No estoy enfadada solo bromeo. Ten un poco de humor—repliqué, haciendo que volviera sus ojos en blanco antes de levantarse y dirigirse hacia mi.
—Tengo que hablar contigo—dijo, haciendo que le siguiera hasta la cocina
—¿Qué pasa? ¿Qué está mal?—me preguntó una vez a solas.
—¿Qué te pasa a ti?—le dije.
—A mi no me pasa nada—mintió.
—ok.... entonces, ¿por qué no has contestado a mis mensajes?—le insistí.
—Estaba ocupado—me contestó arqueando una ceja.
—¿Entonces no estás enojado porque olvidara nuestra cita de ayer?—dije tímidamente.
—No, no... no me importa—masculló bastante descarado.
—¿No te importa?—
—No te estreses sobre ello—dijo con pasotismo, y me quedé inmóvil mirándole por un tiempo.
—Ok, bien—dije ya un poco cansada.
—Bien—dijo casi inmediatamente, tratando de quedar por encima todo el tiempo.
—Si.. eh, así que me voy...—dije para concluir.
—Pero puedes quedarte—me pidió.