Domingo 11:36
Desperté en una cama extraña, y me exalté al instante, incorporándome enérgicamente para ver a Chris P con su torso desnudo mientras dormía a mi lado. Como era de costumbre, la cabeza me mataba, y no podía pensar con claridad. Simplemente me digne a levantarme de la cama y calzarme con cuidado para no despertarle. Una vez hecho, corrí disimuladamente hasta la puerta y la cerré con delicadeza. Tenía que admitir que la casa de Chris P tenía su encanto.
—¿Diga?—conteste al móvil cuando este sonó una vez en la calle
—Eva, pronto será la fiesta del inicio del ramadán de Sana. Estaba pensando en regalarle algo—dijo Noora.
—Si, estaría muy bien...—dije algo confundida.
—¿Que pasa?—preguntó al instante
—Ven a mi casa—dije. —Sana oyó algo muy fuerte en la fiesta—
—Voy de camino—
12:07
—Sana escuchó a Sara decir en el baño de la fiesta del sábado que iba a dejarle fuera del bus el día del Russ Buss—le dije.
—¿Qué?—exclamó. —¡No me jodas!—
—¡Sana tenía razon en no confiar en ellas!—opiné.
—Si...tenemos que tramar algo—
—Por supuesto—afirmé. —Y...—
—¿Y qué?—preguntó algo confundida
—¿Que te traes con ese tal Yousef?—le pregunté.
—No, sé. Me llama la atención—
—Y a Sana—le confesé. —Se le nota—
—¿Tu crees?—dijo avergonzada.
—Es un chico musulman, que pasa el tiempo en su casa con su hermano, encantador...incluso escuché que sabe cocinar, justo lo que buscaba Sana en un futuro marido—dije riendo. —Nah pero enserio Noora, os vio besándoos. Deberías haber visto su cara—dije cabizbaja.
23:45
Mamá no estaba en casa, como de costumbre. Me sentía algo sola, aunque intentara entretenerme con programas tele basuras en el salón. Sin embargo, afortunadamente, mi movil sonó.
"Te fuiste a hurtadillas hoy" Chris P 23:45
"No es cierto"
"Si lo es" Chris P 23:46
"Lo que sea..."
"Quiero llevarte a un sitio esta noche"—Chris P 23:47
"Y no es a mi cama" 23:47 Chris P"Jaja muy gracioso"
"¿Entonces te fías y vienes?" Chris P 23:48
"De acuerdo..." 23:48
"Así me gusta" Chris P 23:49
"Tampoco te pases." 23:50
00:39
—Aquí es donde me escapaba de pequeño para olvidarme del mundo, ¿sabes?—me dijo, sentados al borde de un mirador desde donde podíamos apreciar nuestra hermosa ciudad iluminada.