La llegada

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Edward pov.

Meses después... 

Estaba teniendo un sueño maravilloso donde estaba con mi Bella en una isla paradisíaca. Había reservado un lado de la isla para que nadie nos molestara y poder pasar un momento juntos. 

Mientras salía del mar vi como Bella estaba acostada sobre la arena sin su sostén, parecía como si fuera una hermosa sirena tomando el sol... sonreí. Corrí hasta llegar hasta ella y me coloque encima de de ella mojandola en el proceso.

-Edward... -se quejo-, ya me mojaste toda. 

Enterré mi cabeza en su cuello.

-Mmmm -murmure, comencé a acariciar su cuello con mi nariz de la mandíbula hasta su clavícula y después un rastro de besos. 

-Edward... -esta vez se escucho más como un gemido. 

-Te necesito y deseo ahora -dije en su oído para después morderlo. 

-Edward, Edward... Edward ¡EDWARD!

Me desperté sobresaltado. 

-¿Qué, que pasa? -pregunte. 

-¿QUÉ DEMONIOS ESTAS SOÑANDO? -grito. 

-Bella, no grites -dije tallando un poco mis ojos. 

-¡QUE NO GRITE! LLEVO HORAS TRATANDO DE DESPERTARTE Y TÚ QUE HACES SONREÍR COMO IDIOTA... 

-Bella casi no he dormido en lo últimos días es normal que caiga rendido. 

-Sí claro. ¿Y la sonrisa qué? De seguro estabas soñando con una mujer -suspire, sabía que las hormonas de mi Bella eran las que estaban hablando pero ya estaba en las últimas semanas de embarazo y parecía que se habían vuelto más intensas. 

-Sí, así es soñaba con una mujer. 

Todo fue tan rápido que solo sentí como impactaba un golpe en mi mejilla. 

-¡Bella! -grite. 

-Eres un sinico -mi Bella se levanto de la cama y camino hacía el armario. 

Me levante para ir tras de ella... solo a mí se me ocurre decirle eso a una mujer embarazada o mejor dicho a mi Bella embarazada. 

Cuando estaba por entrar al armario una montaña de ropa impacto en mi cara para ser más preciso era mi ropa. 

-¿Bella, qué estas haciendo?

-Quiero que te largues. 

-¿QUÉ? 

-Quiero que te vayas de este cuarto y si es posible de está casa.

-Bella estás exagerando. 

-¿EXAGERANDO? -grito.

-SI EXAGERANDO PORQUE CON LA MUJER QUE ESTABA SOÑANDO ERA CONTIGO. 

Mi Bella de pronto se detuvo y se cruzo de brazos viéndome con el ceño fruncido. 

-Estás mintiendo. 

Trate de ocultar un risa pues mi Bella así enojada y con su barriguita se veía chistosa. 

-Amor, es verdad, soñaba que tú y yo estábamos en una isla solos -me acerque lentamente-, sin nadie a nuestro alrededor disfrutando del sol, del mar y de nuestro amor -acaricie su mejilla. 

-¿No me mientes? 

-Por supuesto que no, te amo y eres la única mujer con la que me gusta soñar y la única por la que tendría una sonrisa idiota en mi cara. 

Una vida llena de recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora