Inesperado

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Bella pov.

Edward había ido a abrir la puerta y ya se había tardado mucho en regresar como si hubiera ido a hacer la puerta en vez de abrirla.

Volteé de nuevo y lo que vi me dejo en shock, mis padres estaban parados ahí.

- ¿Quiénes son mamá? -preguntó Lizzie.

Lizzie no había conocido a sus abuelos y yo no me moleste en siquiera enseñarles una foto de ellos.

-Nadie importante -dije, aun me sentía dolida por la forma en la que se fueron, tan fácil fue para ellos irse en el momento que se enteraron de que estaba embarazada... ya que según ellos había sido la deshonra para la familia Swan.

-Somos tus padres, Isabella -dijo mi madre.

Edward se acercó a mí.

-Sí quieres les pido que se vayan -me susurró solo para que yo lo oyera.

- ¿Entonces son mis abuelos? -preguntó Lizzie.

-Claro que.... -estaba por decir mi madre, pero la interrumpí.

-No, tu solo tienes dos abuelos y esos son Esme y Carlisle.

Lizzie me veía sin entender.

-Lizzie ¿Por qué no llevas a tus hermanos arriba? -le dijo Edward.

-Claro -nos dio una mirada de que iba a querer una explicación.

-No puedo creer que no estés negando conocer a nuestra nieta -dijo mi padre que se había mantenido en silencio hasta ahora.

-Una nieta que si mal no recuerdo me insinuaron que la abortara ¿Qué quieren? -pregunte.

-No, nos hables así, seguimos siendo tus padres.

-Yo no tengo padres desde el momento que decidieron darme la espalda -hice una pausa-. ¿Qué quieren? – pregunte de nuevo.

-Queremos hablar contigo, a solas -murmuro mi madre.

-Edward puede escuchar todo lo que tengan que decirme -le apreté fuertemente la mano, lo necesitaba a mi lado en estos momentos.

-Por favor él sabe quién es el padre de tu hija, lo conoce -murmuro mi madre intentando hacer daño.

- ¿De qué estas hablando? Edward es el padre mi hija y de todos mis hijos.

-La última vez que supimos algo de ti el padre de tu hija te había abandonado -dijo ahora mi padre.

-Pues les informaron mal -dije, de seguro se referían a la separación de hace 15 años cuando me enteré de que Edward me había mentido.

-Mmmm -murmuro mi madre.

-Al menos podríamos tomar asiento -dijo mi padre.

-Claro -murmure.

Sin soltarle la mano a Edward lo lleve hasta el sofá y se sentó en su regazo, sabía que eso les molestaría a mis padres pues pensaban que eso no era de señoritas de "bien". Y efectivamente cuando lo hice mi madre me lanzó una mirada de reproche.

- ¿Y de qué quieren hablar? -murmure.

-Primero sería bueno que te bajaras de las piernas de tu novio -dijo mi madre.

-No, creo que eso no lo voy a hacer y te recuerdo no es mi novio es mi esposo.

-Eso no importa -murmuro mi padre-. A lo que venimos, queremos pedirte tu ayuda.

No pude evitar reírme.

-No entiendo que es lo gracioso Isabella.

-Lo siento, lo siento -me disculpe sin realmente sentirlo-. Pero es que me parece algo tonto de su parte que quieran pedirme ayuda después que ustedes me negaron la suya hace 15 años, ahora soy yo la que no quiere ayudarlos.

-Bella... -me dijo Edward al oído, pero no pensaba hacerle caso mis padres no se merecían mi ayuda ellos me la negaron a mí cuando yo más lo necesite, ahora yo no quería saber nada de ellos.

-Hija... -iba a decir mi madre, pero la interrumpí.

-No me llames hija -dije-. Solo digan que es lo que quieren y veré si mi corazón me deja espacio para ayudarles, aunque sea un poco.

-Estamos en la quiebra -murmuro mi madre-. Mis empresas de modas se fueron a bajo.

Abrí los ojos con sorpresa.

-Lo siento, pero no se que pinto yo en ese no pienso prestarles dinero -murmure.

-Bella...

-Nada Bella, no pienso ayudarles creo que esto sería una buena lección para ustedes que entiendan de una vez por todas lo que significa humildad.

-Se que en el pasado nos hemos portado muy mal contigo hija -dijo mi padre-. Y lo sentimos.

-Claro lo sienten solo porque necesitan mi ayuda sino no estarían aquí- hice una pausa-. Ni siquiera se han molestado en preguntarme como he estado, vieron a sus nietos y ni siquiera preguntan por ellos eso me da a entender que no les importamos en lo más mínimo.

-No puedo creer que nos eches eso en cara Isabella, después de todo lo que hicimos por ti – murmuro mi madre.

- ¿Qué se supone que hicieron?

-Te dimos todo -dijo mi padre dejando la amabilidad de lado.

-No me dieron lo más importante que era su cariño, oh es que no recuerdan todas las veces que enferme de niña y mi nana era la que me tenía que llevar al hospital porque mis padres estaban tan ocupados que lo único que decían eran tomate unas pastillas, es un simple refriado o porque no las veces que tuve un evento en la escuela que nunca fueron, en mi graduación donde tuvieron que viajar ahora no vengan a decirme que me dieron todo cuando lo más importante siempre me falto, querían comprarme con regalos caros como si eso pudiera suplantar algo de ese cariño. Recuerden porque fue que vine aquí a Alaska para alejarme de ustedes.

-No deberías de guardarnos tanto rencor Bella, todo lo hicimos por tu bien.

-Esas son palabras muy cliché ¿no creen?

-Creo que lo mejor será que se vayan Bella no los quiere aquí y para ser sinceros yo tampoco -dijo Edward.

Mis padres se pusieron de pie.

-No vamos a tolerar que este hombre nos hable así, así que nos vemos Isabella espero que esto que estas haciendo no quede en tu consciencia.

-No creo que eso suceda- suspire-. No quedo en las suyas porque tendría que quedar en la mía, después de todo soy una Swan ¿no?

-Disfruta de tu vida querida -dijo mi madre para después salir de la casa seguida de mi padre.

Una vez que se fueron me deje caer en los brazos de Edward, y comencé a llorar a pesar de a ver sido fuerte frente a mis padres aún me dolía el comportamiento de ellos, y era verdad lo que dije no pensaba ayudarlos creo que sería bueno que aprendieran que era humildad... ojala y si fuera así. 

Una vida llena de recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora