Corre Emmett... corre

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Emmett pov. 

Me encontraba en la sala con un bote de palomitas y un par de cervezas viendo el fútbol. Rose se había quedado en la habitación pintando sus uñas. 

Mi equipo favorito estaba jugando los Jets  de Nueva York contra los Bears de Chicago... una anotación más y el partido estaba ganado y así fue... aventé lo que quedaba de mis palomitas, tome una de las cervezas y la agite y luego la abrí, esparciendo el líquido en mi ropa, en la alfombra. 

-¡EMMETT! -el grito de Rosalie hizo que me detuviera. 

La lata de cerveza se cayo de mis manos, los ojos de Rosalie destilaban furia parecía que me partiría en dos con tan solo la mirada. 

Sonreí de forma inocente. 

-¿Qué sucede Rose? 

-En este momento vas a limpiar todo esto... no estas en una fiesta con tus amigotes. 

-Rose pero mi equipo gano de alguna manera tenía que celebrar. 

-Pues no celebres derramando cosas por toda la sala, a sí que ve por la escoba y te pones a limpiar. 

-Rose... 

-¡LIMPIA! -grito. 

-Bien... bien ya voy -voy en busca con que limpiar. 

Me sentí mal por un momento Rose nunca me había gritado me sentí herido. 

Cuando regrese a la sala Rose ya no estaba, comencé a recoger las palomitas que había tirado, y limpiar la cerveza que había derramado, cuando termine camine hacia mi habitación necesitaba un baño. 

Rose se encontraba frente al espejo semi desnuda acariciando su vientre que aún no se notaba mucho pues tan solo tenía dos meses... aunque debo admitir que una pequeña panza sobre salía pero eso solo la hace verse más hermosa como una vaquita. 

¿Qué? las vacas son bonitas no tanto como los osos pero lo son. 

Tome un bóxer del cajón y me dirigí al baño. 

Entre a la ducha, comencé a cantar, era una canción que había escuchado hoy en la radio y me había gustado. 

Ella ya hizo todo lo que es bueno

Estudio para galeno, se cuido del que dirán

Cumplió con su papá poniendo freno

Al peligro del veneno de toparse algún Don Juan

Ella quiere besos en la esquina sexo en la cocina

Gimnasia en el sillón, treparse como Jane de las cortinas

Desnudarse en la oficina, bailar en el colchón

Y celebrar que esta viva, explotando en  libertad

Para sanar las heridas, con pura electricidad.... 

Unos golpes en la puerta hicieron que terminara con la canción. 

-PODRÍAS CALLARTE -grito Rosalie del otro lado. 

Termine de ducharme aun cantando la canción en mi mente, no podía creer que ya ni siquiera pudiera cantar en la ducha. 

Cuando abrí la puerta del baño, Rose ya estaba acostada en el cama leyendo una revista. 

Me acosté a su lado y prendí la televisión en el canal de deportes.

-¿Qué no puedes hacer otra cosa que no sea ver televisión? -pregunto Rose. 

-Claro que sí pero por ahora quiero ver el resultado de los otros partidos. 

-¿Y yo que? 

-¿Qué pasa contigo? -dije viéndola a los ojos.

-Emmett no me has puesto atención en todo este fin de semana, más que a la estúpida de la televisión y tus vídeo juegos -aventó la revista al otro lado de la habitación. 

-Rose la televisión no es estúpida -hice una pausa-. Además si te he puesto atención... he visto como ha crecido tu pancita, como una vaquita una hermosa vaquita. 

-¡¿QUÉ?! COMO UNA VACA ¿LO DICES EN SERIO? 

-Rose, osita podrías por favor dejar de gritar. 

-A sí que me parezco a una vaca- no era una pregunta-. Es mejor que corras Emmett, corre -dijo mientras se ponía de pie y tomaba mi bate de basebol que se encontraba en una de las esquinas de la habitación. 

-Rose... 

Se acercó a mí con mirada asesina. 

Me levante de la cama pero en el acto me enrede con la sabanas y caí al suelo, me levante como puede y corrí como si fuera flash... baje rápido las escaleras cuando ya estaba en la sala escuche los pasos de Rose detrás de mí pero no quise voltear a comprobar así que corrí... tome mi celular que estaba en la mesita del centro y me encerré en el armario. 

-Emmett sal de ahí... -escuche como golpeaba la puerta. 

-Rose pero porque te pones así. 

-Abre la maldita puerta. 

-No. 

-¡ABRE! -grito. 

No sabía que mierdas hacer así que decidí mejor llamar a Edward tal vez el podía ayudarme, marque el número espere a que sonara y contesto al segundo timbrazo. 

-Edward... 

-¿Qué pasa Emmett? 

-Es Rose se volvió loca y estoy susurrando porque estoy escondido en el armario. 

-¿Qué? ¿Qué hiciste? 

-Yo nada solo le dije que se veía como una hermosa vaquita. 

-Eres un idiota como se te ocurre decirle eso a una mujer embarazada.... son sus hormonas Emmett solo dile que la amas y... -de pronto se quedo en silencio-. Dile eso y si me permites tengo que ir por mi esposa -colgó. 

-Emmett abre la puerta osito -escuche que decía Rose. 

-¿Prometes que no me golpearas? 

-Lo prometo, palabra de osa. 

Me puse de pie y abrí la puerta, tenía las manos detrás de ella. 

-Te amo -la abrace. 

Escuche un sonido sordo y pude notar como detrás de ella estaba el bate tirado... quería golpearme sin darme oportunidad de huir. 

Sentí sus manos en mi espalda. 

-Perdóname, no era mi intención decir lo que dije es solo que tienes una hermosa pancita donde esta mi bebé no podrías estar más hermosa. 

-¿No soy una vaca? 

-No -aunque lo parezcas pensé. 

Sonrió. 

-Entonces vamos a comer. 

-¿Qué? ¿Quieres comer? -pregunte. 

-Sí -asintió. 

-Pero es muy tarde Rose. 

-¿Y? -vi como se comenzaba a formar la furia en sus ojos. 

-Vamos a comer, ¿por qué no te adelantas? 

Rose camino hacía la cocina. 

-Por si las dudas esto desaparecerá - dije mientras tomaba el bate. 

Lección del día: nunca decirle a una mujer embarazada que parece una vaca. 
















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