EL nombre del bebé

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Rosalie pov. 

Estaba sentada en el sofá esperando que regresara Emmett con mi pastel de chocolate, tome una revista y comencé a ver la sección de moda. 

Escuche el ruido de la llave en la puerta, deje la revista a un lado. 

-Hola amor -sonrió, en una de sus manos traía una bolsa, imagine que era mi pastel. 

-¿Trajiste lo que te pedí? -dije sin siquiera saludarlo. 

-Ya ni siquiera me saludas. 

-Solo dame mi pastel -extendí mis manos, me dio la bolsa mientras ponía los ojos en blanco-. Los siento pero tu hijo tiene hambre. 

-¿Mi hijo? -pregunto. 

-Claro, sino de quien. 

-Me gusta como suena eso... mi hijo -se sentó a mi lado-. Nuestro hijo -coloco las manos sobre mi vientre.

- ¿Sabes? deberíamos escoger un nombre para nuestro bebé. 

-Ya he pensado algunos -dijo. 

- ¿Cómo cuales? 

-Quil, si es niño. 

-Emmett eso suena como a perro. 

-Me gusta ese nombre Rose. 

-Pero a mi no -me cruce de brazos. 

-Pensé que nos pondríamos de acuerdo. 

-Y yo no estoy de acuerdo contigo. 

-Bien, ¿qué propones tú? 

-Emanuel. 

-Emanuel es nombre de gay. 

-No es de gay Emmett. 

-Entonces ¿por qué Quil si es de perro? 

-Emmett no pienso discutir contigo por eso. 

Bufo. 

-Si es niña quiero que se llame Aria -sonreí. 

-Suena bien es bonito, a mi me gusta Alisson o Lidya. 

-Vaya Emmett tienes buen gusto al menos en el nombre de la niña. 

Puso los ojos en blanco. 

-¡ESTOY HARTA DE QUE ESTÉS HACIENDO TUS ESTÚPIDAS CARAS! -grite. 

-Rose te la pasas criticándome por todo, de que si juego mucho vídeo juegos, de que si el nombre es de perro, de que me de prisa en cumplirte tus antojos todo lo que hago te parece mal... ¿Y tú eres la que te dices estar harta? 

-¿Me estas reprochando algo?  -ahora si que estabas más que molesta. 

-Todavía lo estas dudando. 

-No entiendo porque te comportas así, pensé que te agradaba la idea de que serías padre, tú y yo escogiendo lo nombres de nuestros bebés, compartiendo todos estos momentos juntos -a este punto mis ojos estaban al borde de las lágrimas. 

Emmett se puso de pie. 

-Rose... de nuevo las lágrimas, no por favor. 

Justo esas palabras lograron que rompiera en llanto. 

-Rose... bebé... lo siento es que... -se acercó a mí y se arrodillo delante de mí. 

-ALÉJATE -grite y lo empuje, camine hacía la habitación y cerré la puerta. 

Los golpes en la puerta no esperaron pues a los minutos comenzaron a sonar por toda la habitación.  

-Rose abre la puerta -decía tranquilamente. 

Una vida llena de recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora